XXIV

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Jungwon se encontraba junto a Sunoo en el tren, ambos viajaban a la ciudad, el menor visitaría a su madre.

Era el aniversario luctuoso de la mujer...

Hace tan solo algunos días se había informado el fin de la guerra, después de 4 años y 4 meses, aquel infierno había terminado.

El menor se encontraba nervioso, había un pequeño riesgo de que se encontrará con su padre en el cementerio, odiaría verlo, pero también sería una parte fundamental para que el menor superará todo rencor.

Al bajar del tren, y salir de la estación, ambos se dirigieron a la florería más cercana por un hermoso ramo de flores.

Por las calles había soldados, pero esta vez no viajaban con sus armas listos para atacar, esta vez llegaban a casa.

Jungwon al verlos, no pudo evitar imaginar cómo sería su eso pasará con el y Jay. El mayor llegando a casa, donde Jungwon lo esperaría, lo recibiría con un gran y fuerte abrazo, lo besaría, y jamás se separaria de él.

Borro todo pensamiento de su mente y siguió su camino al cementerio, donde visitaria a su madre.

Al llegar había unas cuantas personas, visitaban a sus familiares, y otras llegaban a dejarlos.

Ambos jóvenes se acercaron a la tumba donde yacía el nombre de su madre, dejaron algunas flores mientras el menor se dedicaba a limpiarla, se veía sucia y descuidada.

Jamás estuvo así, Jungwon siempre se encargaba de que estuviera en perfecta condiciones, tal parecía que a su padre jamás le importo.

— Mamá, hace mucho que no estaba aquí — habló el menor dejando un poco de agua para que aquellas flores no murieran tan rápido — Sabes, ahora no vivo más con papá, bueno hace algún tiempo. Fui a vivir con Tzuyu y Jihyo, seguramente Jay te ha contado lo que pasó... Ahora las personas que más amo están juntas y se que me cuidan.

A pesar del dolor que sentía, Jungwon hablaba con entusiasmo.


— Mamá... Cuando sea mi momento de ir a su lado, por favor, recibanme de una manera linda. — el mejor sonrió.

— Que cosas dices Jungwon, aún falta mucho para eso — Sunoo habló ante el comentario del menor

— Lo sé Sun, pero no quiero morir y perderme, así que por eso le pido a mi madre y Jay que me esperen para recibirme — Sunoo solo negó y rio, a veces Jungwon solía decir cosas sin sentido, algo especial en el.


— ¿listo? — el menor asintió — vamos, o perderemos el tren.

Jungwon se levantó del lugar mientras se despedía de su madre, una vez más acomodo las flores, listos para salir.

— Jungwon... — un hombre a sus espaldas habló, logrando que el menor pusiera una cara de sospresa. — ¿Qué haces aquí, hijo?

— No me llames así — el menor respondió sin siquiera voltear a ver a la persona que se hacía llamar su padre — Además, puedo venir cuando quiera, es mi madre.

— Tienes razón, lo siento, y... ¿Cómo haz estado? — el hombre intentaba tener una charla.

— Bien, estoy perfectamente bien, pero eso a ti, no te importa.

— ¿Podemos hablar a solas un momento? — El menor negó — por favor, solo un minuto.

Sunoo lo miró, dándole a entender que diera aunque sea sólo un minuto.

— Te espero afuera, ¿okey? — el menor asintió.


— Quiero pedirte perdón — habló el hombre una vez Sunoo se retiro del lugar. — Sé lo malo que fui contigo, te trate horrible, te deje sólo todo este tiempo, jamás fui un buen padre para ti, me deje llevar por los cime9de Irene.


— Es tarde para eso, arruinaste mi vida — Jungwon mostraba indiferencia ante las palabras — Ahora vivo con Tzuyu y Jihyo, ellas son mi verdadera familia, tú no.

— Hijo... Me han dicho que solo tengo unos meses de vida — el menor por fin giro su vista — y quería, poder pedir perdón, a ti y a tu madre. Al morir todo quedara a nombre tuyo, el Dinero, los terrenos, cada cosa.

— Me lastimaste mucho.... — Jungwon se permitió dejar salir una lagrima.


— lo sé, y me arrepiento de cada cosa, si pudiera cambiaría el pasado para que nada de esto pasará — el hombre de igual forma, lloró. — Por favor, perdoname.

Acto seguido el hombre se arrodilló mientras abrazaba las piernas del menor.

— Levántate —lo tomó por los brazos, levantandolo del suelo — Está bien, te perdonó, pero eso no significa que olvide.

El hombre asintió para después abrazar al menor mientras lloraba, era el primer abrazo que le daba a su hijo, después de la muerte de su madre.

— Me tengo que ir, tengo que regresar con Sunoo — el hombre asintió.

Jungwon salió del lugar, para después empezar su camino junto a Sunoo, a la estación del tren.

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Cuento 1,2...¿Dónde estás?  -Jaywon - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora