̶𝓝̶𝓸̶ ̶𝓼̶𝓸̶𝓶̶𝓸̶𝓼̶ 𝓘𝓖𝓤𝓐𝓛𝓔𝓢 (𝑅𝓊𝒷𝑒𝑔𝑒𝓉𝓉𝒶/𝒲𝒾𝑔𝑒𝓉𝓉𝒶)

Felices por siempre

"Dijimos que estaríamos juntos para siempre... Pero, ¿Cuánto dura la eternidad?"

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—Por el poder que se cierne sobre mi, ahora los declaro, esposos —declaró un sacerdote mientras cerraba un libro grueso y le sonreía a los recién casados.

Vegetta y Willyrex ahora estaban casados, unidos hasta que la muerte los separe, nada podía hacer más feliz a esta pareja que el pensar en un gran futuro juntos; mientras tanto, a su alrededor se escuchaban gritos de alegría y aplausos debido al casamiento, esta pareja era tan admirada en las redes sociales que desconocidos se encontraban ahí para celebrar con ellos, eran tantos que llenaban la iglesia e incluso la parte exterior de la misma, varios se empujaban y se arremolinaban en la puerta queriendo pasar para ver a sus ídolos y tomar fotos del momento, de la prueba de que estuvieron ahí, junto a ellos. Como testigos. 

También se encontraban los amigos del par, los cuales también tenían su fama detrás de ellos, algunos fans trataban de resistir las ganas de ir y pedirles unos autógrafos o fotos con alguno, debían resistir la emoción al menos hasta que salieran de la iglesia, pero la mayoría solo estaba reuniendo fuerzas para empujar a quien sea que interrumpiera su camino hacia ellos pues, en la calle, los esperaba una limusina, por lo que el camino de la iglesia hasta ahí no sería muy largo como para dejar que todos tuvieran su turno. 

Finalmente los dos chicos se besaron lentamente, con dulzura y amor haciendo que todo el mundo enloqueciera tanto adentro como afuera, los aplausos se hicieron más fuertes y los gritos inundaban todo el lugar, algunos chiflaban y vitoreaban, mientras que a otros parecía que se les iban a rasgar la garganta debido a la intensidad con la que gritaban. Era como para romper los cristales y los tímpanos, algunos incluso juraron haber visto el candelabro de cristal moverse ligeramente a los lados, hasta las paredes vibraban ligeramente.

Ambos rompieron el beso en cuestión de segundos, lo que pareció una hermosa eternidad para todos los presentes, luego, los recién casados comenzaron su camino desde el altar hasta la salida, tomados de la mano mientras saludaban a su alrededor los que se encontraban a su paso. Ambos vestían de esmoquin con sus respectivos colores, lo que hacía eso más icónico de lo que quería ser, ahora todos siempre recordarían a la pareja al ver esos dos colores juntos, ¡era simplemente hermoso! 

La cámara los siguió lentamente, porque no podía faltar eso, el ser grabados en vivo. Tenían poco más de dos millones de visitas y la cuenta iba en aumento, era algo polémico que nadie se podía perder, y lo seguiría siendo al menos otro par de años más. Al salir de la iglesia no tardaron en encontrarse con reporteros y camarógrafos sacando fotos con un flash que los aturdió al primer instante, aunque al poco tiempo se acostumbraron y simplemente sonrieron a la cámara.

—Willyrex, Vegetta, ¿Qué se siente casarse por primera vez con alguien que antes era solo un colega? —preguntó rápidamente uno sin querer perderse la oportunidad de preguntarles, ellos no queriendo ser groseros se detuvieron a responder.

—Digamos que al principio teníamos nuestras diferencias. —comenzó Vegetta recordando lo fatal que lo había hecho sentir su torpeza y poca organización en un principio. 

—Pero logramos acoplarnos a la manera del otro y eso nos hizo más unidos —le siguió Willy mientras le sonreía a su esposo. Nunca olvidaría esos tiempos. Todo era un apocalipsis para ellos.

—Y ahora nos sentimos muy felices de haber cumplido nuestro mayor deseo. Estar juntos y ser una pareja ante los ojos de los demás —completó el azabache mientras le devolvía la sonrisa y se disponían a seguir caminando.