!NO SALGAS!

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!Hijo mío!
Falta poco para qué te separen de mi
!Vendrán por ti!
Ese hombre es malo
Si te subes a su carro ya
no podrás ver a mamá
¿Tú no quieres eso, cierto?
!Gulf!

Prométeme que jamás me dejarás

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Siempre había escuchado esas palabras mientras crecía, sabía qué mi madre no estaba bien de la cabeza
Ella sufría mucho y aunque no sabía muy bien lo qué tenía, yo la quiero igual, algo qué le gustaba mucho a mi madre era peinar mi larga cabellera negra. Era lo único limpio
qué tenía: Mi cabello.

Mientras qué mi madre me peinaba cuando podía faltar las palabras sabias de mi madre: !Qué estábamos destinados a estar siempre juntos!.Era mi madre y era la única aparte de mi en esta casa vieja, era claro qué jamás la dejaría, !siempre vamos a estar juntos! Con mi voz segura le decía para qué se calmará si no recibías las consecuencias de ser un mal hijo.

A ella le gustaba educarme cuando me portaba mal.

¿Tal vez a todas las madres corrigen a sus hijos de la misma manera qué ella lo hace?

Sé que ella no es mala, !Ella me ama!

La manera de demostrar su amor siempre dependían de sus estado de ánimo : algo leve era quemando me con su cigarrillo cuando fumaba, eso era todos los días, o dejándome semanas sin comer, o golpeándome hasta el punto de no reconocerme cuando me miraba al espejo, la más grave fue cuando hice mucho ruido ese día mamá me había dado una lección cuando trajo a ese amigo a casa.

Mientras qué un hombre me tocaba ella me sonreía y me decía qué era por mi bien.

Aprendí la lección no hacer ruido

A mi ocho años aprendí qué la única persona qué siempre
estará ahí:!Es mi madre!

Ya a pesar qué había pasado unos cuantos años y ya tenía mis dieciocho años todavía no podía entender algunas cosas, mi madre era la única qué podía salir al exterior aunque no le gustaba salir mucho y las pocas veces qué salía ella se ponía tan nerviosa qué necesitaba peinar mi cabellera para estar tranquila Mientras qué repetía una y otra vez qué el mundo de allá fuera es horrible, existía mounstro tan grandes afuera que comían a otros más pequeños qué ellos, qué todo era oscuro, qué no sobreviviría si yo saliera qué tenía qué agradecer por tener una madre como ella.

Estaba tan agradecido

Otra cosa la cual no entendía era ¿como teníamos comida? Y si bien yo no podía comer siempre, mi madre comía lo suficiente por los dos. Los fines de semana tocaban la puerta en la mañana, mi madre siempre recogía la bolsa llena de alimentos, nunca había nadie del otro lado de la puerta, era muy perturbador para mí.

Odiaba los fines de semanas

Cada vez qué llegaba la bolsa mi madre se descontrolaba y su manera de expresar su amor hacia mi se volvía más agresiva, aunque decía

!Qué no saliera!

!Qué siempre tenía qué obedecer!

!Qué siempre tenemos qué estar juntos!

!Qué no la puedo abandonar!

!Y qué nunca subiera a ese carro con ese hombre!

Intentaba calmarla con mi cabello pero no podía y simplemente dejaba qué me hiciera lo que quisiera.

Había una voz adentro de mi qué me decía qué no estaba bien lo qué hacía

Y otra voz qué me decía que le mostrará también mi forma de amar

Aunque sabía qué tenía qué obedecer y nunca separarme de mi madre, tenía también curiosidad de saber porque la bolsa de alimentos siempre venía con una nota.

Quería saber qué decía la nota
y porque volvía tan loca a mi madre.

Hasta el punto de agarrarme de la cabeza y golpearme varias veces con la pared. El final del día se acabó cuando escuché a mi madre reir mientras qué mi cuerpo se desplomaba al suelo.

Sin duda alguna este día a Sido tranquilo comparados con los otros.

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