Capítulo 1

100 9 0
                                    

ANDI'S POV

-Andi, no olvides empacar tu juguete favorito en esta mochila- esa era mi mamá, teníamos que prepararnos para la mudanza, mi papá dijo que nos iríamos a un lugar nuevo en el que no había estado antes, donde la gente hablaba diferente y lucia diferente, me dijo que tendríamos una casa más grande y que iría a una nueva escuela, eso me asustaba un poco, ¿qué haría si no conseguía amigos? O peor ¿si no les gustaba jugar con mis pistas de carreras de hot wheels?, me gustaban mucho los autos, siempre jugaba con ellos.

Cuando termine de empacar papá llamo un taxi para que nos llevara al aeropuerto, no había estado en un avión antes, mamá me explico que los aviones eran como autos gigante que podían volar con muchos pasajeros dentro, eso me parecía genial pero no tan genial como el último auto que me regalaron por mi cumpleaños número 7, era un Lamborghini GT 12V, era eléctrico y podía sentarme en el aunque siempre que salía a jugar uno de mis padres tenía que manejarlo con el control remoto, cuando crezca me comprare uno igual y lo manejare yo solita sin ningún control.

–Andi, dame la mano por favor y no te quedes atrás- agarre con fuerza la mano de mi madre en aquella fila, en el aeropuerto habían muchas personas y puertas, era un lugar bastante grande, papá estaba hablando con una chica detrás de un mostrador que se llevaba nuestras maletas.

–Mami, ¿por qué la chica se está llevando nuestras cosas?– no entendía muy bien cómo funcionaba el aeropuerto, pensé que habían aviones pero yo no veía ninguno.

–La señorita tiene que revisar que tengamos todo en orden para poder subir al avión y tiene que poner nuestro equipaje dentro de una bodega grande, grande– mi mamá era la mujer más inteligente y dulce que conocía, era mi superheroína favorita, siempre tenía las respuestas a todas mis preguntas y me daba mucho amor, mi padre por otro lado no era tan cercano, pero mamá dijo que es por su trabajo, que siempre está ocupado y estresado porque tiene que solucionar temas de grandes.

Cuando subimos al avión me senté en medio de mis dos padres; papá estaba leyendo un libro con muchas palabras y sin ningún dibujo en este y mamá tenía una revista en sus manos, yo solo tenía mi auto de juguete favorito, era rojo y estaba algo gastado, me entretuve un rato imaginando que el descansa brazos del asiento era una pista hasta que me quede dormida. Al despertar vi que estábamos de nuevo en el aeropuerto, no comprendía cómo habíamos llegado al mismo sitio, escuchaba a personas a mi alrededor hablando inglés, yo lo entendía perfectamente ya que siempre lo había hablado con mis padres y en mi colegio, pero era diferente. Después de pasar por unos lugares muy extraños con gente vestida con un uniforme algo raro nos subimos a un auto negro, en el camino vi todo el tiempo por la ventana, estaba encantada con las cosas que veía alrededor, eran paisajes muy lindos, habían edificios grandes y también tiendas con colores muy llamativos, pasamos cerca de una playa y yo estaba muy emocionada, amaba ir a la playa y jugar con mamá, mi padre siempre estaba ocupado y era muy aburrido y gruñón.

–Llegamos– dijo mi padre, mi cabeza solo pudo elevarse junto a mis cejas al ver la casa tan inmensa que tenía frente a mi, era muy linda, tenía muchas ventanas y una puerta bastante grande, sentí la mano de mi madre tocarme el hombro y vi como señalaba algo detrás de mi: una fuente con dos Ángeles en la cima, que desplegaban agua en forma de arco, se parecían a las del parque al que iba a jugar siempre.

–¿Te gusta An?– preguntó mi madre viendo mi gesto sorprendido con una sonrisa de oreja a oreja, mi padre como siempre estaba en su teléfono, hablaba con alguien a la distancia y al parecer el mal humor empezaba a apoderarse de él, su cara roja lo delataba, mi madre al observarlo me tomó de la mano borrando su mueca de felicidad y reemplazándola por una afligida entrando conmigo a la casa, no me gustaba cuando el estaba de mal humor y al parecer a mi mamá tampoco.

Subimos por unas escaleras bastante largas y llegamos a una habitación que estaba casi al final de un pasillo extenso, al abrir la puerta pude distinguir una cama en forma de auto hecha a la perfección y entendí que era mi habitación, corrí para subirme a esta y empezar a saltar, estaba tan emocionada, mi cama era roja y tenía la forma de un Ferrari, sabía que era un Ferrari porque era mi auto favorito.

–Ya veo que te gusta mi amor– estaba tan feliz saltando en la cama que no me había percatado de que mi colección de autos y mis pequeñas pistas de carreras estaban acomodadas de una forma prolija en una de las esquinas, era como un sueño para mi, salí dispara a jugar con todo, el único sentimiento en mi era efusividad pero se esfumó cuando escuché unas pisadas fuertes subiendo por las escaleras, sabía que era mi padre, el rostro de mi madre cambió por completo a una angustia total.

–An, mi amor, cierra la puerta y no salgas hasta que te diga, ¿está bien?– mi pequeño corazón latió con algo de fuerza, sentí temor pero solo asentí con mi cabeza viendo a mi madre cerrar la puerta al abandonar mi habitación, a los pocos segundo escuché la estruendosa voz de mi padre gritándole a mi madre, y un rato después cuando creí que todo se había calmado escuché un estruendo que hizo que tirara una de las muñecas que tenía en mi mano, me levante rápido y le puse seguro a la puerta, no sabía que había sido aquel ruido pero no era tan valiente como para salir a revisar.

Después de un rato jugando en mi cuarto escuché la voz de mi madre desde la planta de abajo, era hora de la cena, despacio abrí la puerta sacando mi cabeza por un espacio para inspeccionar si había posibilidad de toparme a mi padre, al no ver ningún rastro del hombre baje lo más rápido que mis piernas me permitían, a mi izquierda vi otra habitación con un comedor bastante grande, mi madre estaba sentada en una de las cabeceras y en la otra estaba mi padre, escondí un poco mi rostro entre mi cabello al verle la cara y rápidamente me dirigí a sentarme al lado de mi madre; la cena estuvo en silencio, solo escuchaba a mi padre masticar de una manera dura, eran verduras y no me gustaban mucho pero me daba miedo replicar, sabía que papá me retaría y me daba asustaba mucho, así que solo comí todo en mi plato a la fuerza y en silencio, calculando todos mis movimientos para no estropear nada, cuando estaba apunto de terminar la cena el vaso en el que tenia servida el agua se derramó, vi a mi padre golpear la mesa con su mano fuerte y di un pequeño brinco en mi asiento, me sentía culpable por no tener cuidado.

–Andrea, ¿no te enseñamos a comer o solo aprendes cuando estás perdiendo el tiempo jugando con tus estupidos autos?– el pánico se apoderó de mi cuando vi a mi padre levantarse de la mesa y sentí las manos de mi madre que trataban de limpiar el desastre tensarse, pero por suerte papá solo se levanto dando zapatos y se fue de la habitación, mi madre solo intentaba ocultar un lado de su cara y contener las lágrimas para que yo no llorara con ella.

–Dentro de unas cuantas semanas empieza la escuela, ¿estás emocionada?– asentí mientras mi madre me cobijaba y me ponía a dormir, ella estaba sentada en un pequeño banco al lado de mi cama y me acariciaba la cabeza.

–Mami, ¿por qué papi siempre está de mal humor?– y su respuesta fue la misma de siempre "cosas de mayores hija, pero no te preocupes que ya se le pasa".

Después de un rato cuando estaba quedándome dormida, escuché como mi padre llamaba a mi madre desde su habitación "Clara, ya es hora de dormir" y mamá solo me daba un beso en la frente, se levantó del banco y dejo una pequeña luz encendida antes de irse, después de un rato batallando para que el sueño no me venciera, porque mi nueva habitación me parecía extraña, en mi antiguo cuarto no tenia un ventanal tan grande como el de esta casa, ni tenía tantos juguetes como aquí, mi antiguo armario era más pequeño comparado con el nuevo y simplemente el cambio era algo brusco para mi, pero finalmente me dormí.

E1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora