Mis años sin ti.

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Recuerdos de acuarela

Mis años sin ti

RETO 3: Algo que extrañes.

ADVERTENCIA: Angst ligero.

赤い砂そら/うちは サスケ

Cuando el Uchiha comenzó a comparar su estilo de vida con el del resto de sus compañeros, se dio cuenta de que su familia estaba mejor acomodada que la gran mayoría. Pero él no era la causa de dicha situación, sino su esposa, quien desde siempre había ganado más que él. Quizás por su nivel de estudios, o porque era buena en su trabajo, o ambas cosas.

Había dos caminos: sentirse orgulloso de la mujer que amaba, o envidiarla y buscar la manera de sobrepasarla en una absurda competencia. Estuvo a punto de tomar el primero, pero uno de los compañeros con los que estaba hablando aquella vez se burló.

—¿Tu mujer gana mucho más que tú? —preguntó entre risas, con una cerveza en la mano. —¡Qué humillante!

No se le había pasado por la cabeza verlo de ese modo, pero su ego le hizo darle vueltas a la situación hasta que concluyó que, según él, efectivamente era algo humillante.

Aunque Sasuke había cambiado en muchas cosas, por desgracia quedaban rastros del hogar machista en el que había sido criado. No tenía una mala relación con Sora, sin embargo las cosas se habían enfriado un poco desde la llegada de su primera hija, hace once años ya.

Él pasó a ser custodio penitenciario hace unos años, pero su esposa ahora era neuropsiquiatra, enfocada en los perfiles criminales. Incluso tenía libros publicados al respecto, y por el mismo motivo, solía ser entrevistada por los noticieros y canales de televisión. A veces la misma policía le remitía casos, pero ahora se ha mantenido ocupada debido a que le habían ofrecido la oportunidad de ser la presentadora de un programa donde analiza los perfiles de los asesinos más reconocidos a lo largo de la historia.

De pronto, cuando llegaba a su casa miraba con algo de odio la fachada de la misma. Era absurdo lo que él había aportado para comprar ese hermoso y grande hogar que había costado siete millones de ryos. Lo que él puso ni si quiera llegaba a un cuarto de dinero.

Entró a su hogar, serio y pensativo. En la cocina Sora se encontraba charlando con sus hijos animadamente, y cortando en varias partes un apetitoso pastel de chocolate.

—¿Qué están celebrando? —les preguntó Sasuke, arqueando una ceja.

—¡Suki, ya llegaste! No te escuché entrar, lo siento. —le dijo su esposa animadamente mientras iba a recibirlo.

Lo abrazó y dejó un pequeño beso de piquito en sus labios, que aunque normalmente Sasuke correspondía, esta vez no lo hizo. Sólo se separó de ella y fue a saludar a sus hijos, desde el más pequeño a la más grande. —Hoy se estrena el primer capítulo de mi programa. —le recordó. —Así que compré un pastel para festejar. ¿Quieres?

—Ah... Sí, eso. —giró los ojos, pero nadie lo vio más que Seina, a quien le revolvía el cabello en ese momento. —No, coman ustedes. No me siento muy bien.

—¿Estás cansado? —le preguntó, preocupada. —¿Necesitas que vaya por...?

—No, gracias. —la interrumpió y comenzó a subir las escaleras.

Su hija mayor, que lo conocía y entendía como a sí misma, comprendió perfectamente lo que pasaba, cosa que la hizo enojar.

—¡Ni vayas a empezar con tus cosas, viejo ideático y grosero! —le gritó desde el primer escalón.

Sora la regañó por hablarle así a su padre, y aunque Seina estaba muy molesta, no tenía corazón para explicar la conducta de Sasuke, pues sabía que eso iba a herir a su mamá.

𝑹𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒍𝒂 | Sasuke x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora