¡woof!

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Minho necesitaba un amigo y su madre lo sabía mejor que nadie.

La mudanza desde su pueblo natal hasta la enorme y ruidosa capital, no había sido un cambio fácil para su pequeño hijo, así como el divorcio y el nuevo empleo. Mina manejaba la situación lo mejor que le era posible, con un empleo de tiempo completo en una importante compañía, un hijo de apenas seis años, trámites de divorcio y custodia en proceso y muy pocas horas de sueño.

Sin embargo, Minho era suficiente impulso para continuar a pesar de las dificultades, el solo hecho de encontrarlo en casa dormido sobre sus hojas de dibujo a mitad de la sala era todo lo que necesitaba para despertar al día siguiente y seguir dando todo por y para él.

Yerim era una excelente niñera. Siempre mantuvo a Minho limpio, alimentado y muy contento, jugaban y cantaban canciones, le enseñaba el abecedario y a colorear y a Minho le encantaba ver a su niñera todos los días. Pero Mina sabía, que a pesar de todo lo que Yerim pudiera hacer por Minho, el niño necesitaba salir a jugar con otros pequeños de su edad, conocer gente, ensuciarse de lodo y rasparse las rodillas.

Sin embargo, con la custodia en juego y viviendo en un edificio donde los únicos vecinos eran una pareja de avanzada edad, ir a la escuela o jugar con otros niños del vecindario, no era una opción viable en ese momento.

Una tarde de Viernes, al regresar del trabajo, el autobús tuvo que tomar una ruta distinta por reparación de la calle y Mina vio, a través de la ventana, un pequeño cachorro Golden Retriever dando saltos en su jaula, olisqueando la ventana y tratando de lamer por el cristal las gotas de lluvia que resbalan frente a el.

De inmediato, supo que sería la compaña perfecta para Minho y bajó del autobús, a mitad de la lluvia, para adoptar a ese cachorro.

Jihyo, la adorable chica del refugio, le explicó, que se llamaba Seungmin y había sido abandonado a los seis meses por sus anteriores dueños, quienes se negaron a dar mayor explicación y sólo lo dejaron ahí, al cuidado del refugio.

Mina sintió tanta pena por el cachorrito, que no dudó en llevarlo a casa, junto a su cartilla de vacunación y un osito Puppym al que al parecer, estaba muy apegado.

Minho y Seungmin eran inseparables

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Minho y Seungmin eran inseparables.

No era de extrañarse encontrarlos dormidos en cualquier rincón de la casa, presos del cansancio. El pequeño dormía con Seungmin todos los días, en la misma cama y mientras él abrazaba a su perrito, el Golden abrazaba a su osito. Minho siempre guardaba de su comida para darle un poco a Seungmin bajo la mesa, se escondían de los truenos que tanto asustaban a Minho y Seungmin le ladraba al cielo que asustaba a su Min.

Corrían por el departamento, jugaban a la pelota, se ensuciaban en el jardín común de la planta baja y se bañaban juntos bajo la regadera, mojando sin piedad a la pobre Yerim que estaba más agotada que nunca, porque Minho había aprendido a sacudirse como Seungmin después del baño y Yerim a llevar un cambio extra de ropa.

ᝂ̸ 𝙬𝙤𝙤𝙛│❪𝟐𝐦𝐢𝐧 ִֶָ 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠𝐡𝐨❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora