1. ¿Tú?

25 6 3
                                    

Los días pasaban volando para el pelinegro, quien había estado organizando su nuevo apartamento. Llegó a Nueva York apenas lo aceptaron en la universidad que él quería. Era su mayor orgullo, y quería aprovecharlo al máximo.

Ya había terminado con los muebles de la sala, la cocina, el comedor, las tres habitaciones y cuatro baños. Ahora seguía decorar.

El apartamento era demasiado grande para una sola persona, se quejó él, pero sus padres no lo escucharon y lo compraron de inmediato; querían lo mejor para su único hijo.

"- Será para que las muchachitas se impresionen. Seguro llevarás muchas, campeón" juraba su padre.

"- Claro, muchachitas"

Siguió desempacando los posters y cosas de la caja de su habitación mientras seguía perdido en sus pensamientos.

Sonó el timbre y él salió de toda idea que tuviera en ese momento y corrió hacia la puerta, tirando una que otra cosa en el trayecto.

Abrió la puerta y se encontró con un chico alto, 1.80 máximo, castaño y con un cuerpo muy trabajado, diría Félix.

- Hola, soy tu vecino de enfrente. Sólo quería darte la bienvenida al edificio, aunque se podría decir que igual soy nuevo... llevo aquí una semana.

- Oh, ah, hola. Yo llevo también casi una semana, ¿por qué hasta ahora? - río, nervioso.

- Oh, lo siento, es que no te he visto por aquí en estos días - hizo una mueca -. Pero mira estos modales, ni siquiera me he presentado. Soy Hyunjin. Hwang Hyunjin - extendió su mano.

- Oh. Lee Félix - estrechó su mano -. Y no te preocupes por-...

- ¿Lee Félix, hijo de Hyo-ri y Lee Jung?

- ¡Si! ¿los conoces?

- Oh, bueno... no exactamente - soltó la mano del pelinegro y se rascó la cabeza, mirando hacia otro lado -. Me tengo que ir. Nos vemos, Félix - movió la mano en una especie de despedida y casi voló hasta su apartamento, cerrando la puerta de golpe.

- ¿Okey? - hizo una mueca y cerró su puerta -. La mejor bienvenida que me han dado hasta ahora, honestamente - dijo para sí.

Siguió desempacando y encontró una vieja foto de él y sus padres en Sidney, Australia, su país natal. Soltó una lagrima ante los recuerdos ahí vividos, queriendo volver a su hogar con su familia. Ahora sólo tenía a sus padres y a su gato, que se tuvo que quedar en Corea al cargo de la nana.

Suspiró y comenzó a acomodar las cosas.

Se acostó tarde, a las dos de la madrugada. Al día siguiente entraría a clases, y se lamentó por no haberse ido a dormir temprano y dejado la tarea de decorar la sala para el día siguiente.

[. . .]

Al entrar a el campus, lo único que pudo pensar era "tanto esfuerzo valió la pena". El campus era enorme, parecía un castillo.

Corrió a su salón, estaba llegando tarde. En su primer día.

Se detuvo en seco cuando chocó con alguien más, provocando que los libros de ambos cayeran al piso.

- Disculpa, no te vi - dijo él, intentando recoger todo.

- No pasa nada. Yo también venía corriendo - el chico se inclinó y comenzó a ayudarlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 31, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Let's think about itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora