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Al Johan

Habían pasado ya más de 2 meses desde que conocí a Maya. Después del encuentro estuvimos hablando bastante por insta. Por lo que había visto en sus historias, Maya es una chica normal, dejando de lado lo del futbol, ya que juega en un equipo profesional noruego y en la selección sub-20 de su país. Tiene una perrita llamada Nasha. Dice que es su máxima compañía y siempre que puede se lo lleva de viaje con ella. Una noche, mientras estábamos hablando me envió una foto de ella. Era la cosita más bonita que había visto en mi vida.

Por lo que dijo ella y lo que vi en las fotos era una perrita encantadora y muy cariñosa, Maya la adoraba. De vez en cuando publicaba cosas más personales, como su novia o su familia. Cuando vi que tenía novia me dio un poco de celos, no mentiré.

Había pillado entradas para ir al Johan esta tarde. Las compré hace mucho para asegurarme de estar lo máximo cerca de las jugadoras posible. Me puse la camiseta del Barcelona con el 11 de Alexia en la espalda. La temperatura de fuera no era para ir con solo la camiseta, así que encima de ella me pude una sudadera nike del Barcelona que una amiga me regaló. Una vez con las bambas puestas, me despedí de mis padres y me marché. Como hacía poco me había sacado el carnet de conducir, podía ir sin que mis padres tuvieran que acompañar. Iba con una amiga, Raquel. A ella l gustaba tanto el futbol como a mí, así q decidí llevármela. Ya qué no tenía coche, pase a buscarla por allí cerca de las 9:30. El partido era a las doce y entre el viaje y todo teníamos que salir temprano.

Cuando llegamos al campo ya se podía ver el ambiente pre partido culé. Era un partido amistoso, ya que las chicas no jugaban aquella semana en la liga. Raquel y yo entramos en el campo y nos fuimos hasta nuestros asientos. Al rato, salieron las porteras a escalfar, Paños, Cata y Gemma. El público las aplaudió. Detrás de ellas salieron a calentar las del otro equipo. Eran Brann Fem un equipo noruego. En ese momento no caí en qué a lo mejor estaba Maya en el otro equipo. Me di cuenta en cuando la vi. Me quedé un "poquito" paralizada, tanto que ni me di cuenta de que las chicas azulgranas entraban al campo. Por dios le queda tan bien la equipación roja. Raquel me sacó de mi empanada con un chillido para Mapi.

No fue hasta el final del partido cuando Maya se dio cuenta de que estaba allí.

-Mayaaaaaa- le chillé cuando pasó por delante. Ella se giró y al verme me saludo y se acercó hacia nosotras. -¿Qué tal?

-Clàudia, hola. Estoy bien dejando de lado la paliza que nos han metido claro.-me reí al ver la cara de payasa que ponía. - ¿qué haces por aquí? ¿Me podrías haber avisado, no?

-Como te lo iba a contar si ni sabía que jugabas.

-¿Cómo que no sabías que jugaba, a que equipo pensabas que jugaba? -me preguntó.

-Yo qué sé, a uno de por allá. Pero no a este. Si me he enterado cuando te he visto.

-Muy mal chica. Deberías estar más informada. -me reí de su comentario.

El entrenador de Maya la estaba llamando, así que me prometió que me daría su camiseta si la esperaba fuera. Raquel, que no sabía de que iba la cosa, se mantuvo atenta a la conversa. Antes de salir, tuve la suerte de sacarme una foto con Rolfö, con Paños, con Bronze y otra con Engen. También conseguí la firma de algunas de ellas.

-¿Y te gusta?- preguntó Raquel luego de sacarnos una foto con Sandra.

-¿Ehhh? ¿De qué hablas tu ahora?-contesté mirándola con cara rara.

-De la chica, ¿de qué va a ser?

-¿De Maya?

-Sí.- dijo un poco cabreada por no entenderla.

-Tiene novia.

-¿Y? Eso no significa que no pueda gustarte.

-No lo sé. Apenas la conozco. -respondí

Raquel y yo salimos y nos esperamos a Maya. Salió de las primeras, con el pelo mojado y su camiseta en la mano. Se acercó a nosotras y me dio la camiseta.

-Toma, cuídala.

-Lo voy a hacer.

-¿Y ahora que hacéis? -preguntó Raquel.- Quiero decir el equipo.

-Pues al hotel hasta mañana qué volvemos a Noruega. Supongo que aprovecharemos para visitar esto.

-Si quieres nosotras te podemos hacer de guía, ¿verdad Clàudia?- Raquel me dio un codazo para que respondiera.

-Ehh, sí claro, podemos ir a comer también si te apetece.-añadí.

-Pues estaría muy bien la verdad. Aun qué no sé si tengo permiso para ir. Voy a preguntar.

Maya se fue por el mismo lodo del que vino. Y al cabo de pocos minutos volvió con una sonrisa en la cara.

-Si me dejan!- exclamó- pero tendréis que llevarme al hotel luego. Qué solo tenemos un bus.

-No te preocupes por eso. Clàudia es la taxista hoy. -Maya se rio, y yo también.