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"Entonces dime ¿Qué te trae por aquí?"

Eran las cinco de la tarde. Para la gente común, sería un momento perfecto para almorzar, beber una taza de café después de la cena y bostezar cansado por el ajetreo del trabajo de la tarde. Sin embargo, para Sijin, era como si fueran las ocho de la mañana. No sabía exactamente cuánto tiempo había estado deambulando por Internet, pero cuando se dio la vuelta, abrió los ojos y miró su reloj en la muñeca, descubrió que ya se le había ido todo el día.

Le dieron las 5 pm ayer, las 5 el fin de semana, hace un mes y también hace dos meses.

Frente a Si-jin, quien se frotó los ojos ante el sonido del timbre, se encontraba un hombre con un buen físico y una cara bastante bonita ¿Había pedido comida a domicilio o algo así? Lo pensó por un momento, pero luego cayó en cuenta que había estado tan ocupado en el trabajo que no pudo haberlo hecho. Se había dormido con los lentes puestos, por lo que en realidad su visión era bastante borrosa. Sijin se quitó las gafas y las limpió con la manga. Pensando que eso era suficiente aunque los había rayado mucho más. Y ese rostro que pensó que era hermoso, incluso con su campo de visión borroso, era mucho más bonito ahora que podía verlo bien. Tenía unas cejas caídas que parecían frías, pero que también le daban una mirada gentil. Y pensó que seguramente no importaba qué papel tuviera esa cara, era del tipo que podía hacerlo todo si se lo proponía con cuidado. 

La verdad era que no había logrado escribir una sola línea del guión que tenía en mente durante más de tres meses desde que planeó el lanzamiento. Para ser honesto, Si-jin era un hombre dotado con talento natural y él mismo lo sabía. Después de graduarse de la universidad, ganó su primer concurso con un guión dramático y logró que se convirtiera en una obra de teatro bastante popular. Luego, el siguiente trabajo que escribió fue un éxito y el tercero y el cuarto también. Intentó hacer lo mismo con un quinto y un sexto pero, lamentablemente descubrió que ya era imposible. La depresión que le había azotado fue desconocida y aguda y Sijin fue arrojado bajo el agua de la tristeza como si estuviera montando un tobogán empinado. Y por eso mismo es que había decidido contratar a un asistente de redacción. Es decir, pensó que sería bueno para su control mental si hubiera alguien a su lado que le diera ánimos, que compartiera nuevas ideas con él y que lo sacara de ese hoyo.

Pero...

"Lo siento. ¿Esperaste mucho tiempo?"

"..."

"Vine a la entrevista para ser su nuevo asistente."

Si-jin se arregló la ropa bruscamente, se fue corriendo, se lavó la cara y luego volvió a la sala de estar. Como estaba tan absorto en el fracaso que era su vida, olvidó que hoy tenía que entrevistar a ese asistente de guionista que le consiguió su agente. 

Sin embargo, el hombre que se sentó en el sofá y lo miró fijamente, con los ojos brillantes y una sonrisa en la boca, tenía toda la facha de ser un actor sin importar cuánto lo mirara de cerca o de lejos. ¡Era precioso, maldita sea! Pero de todos modos, una entrevista era una entrevista y ya se había tardado demasiado en comenzar con él.

Sijin entonces sacó su libretita, su pluma y comenzó a hacer preguntas mientras hurgaba en los currículos que había sacado.

"Eché un buen vistazo al guión que pusiste en tu currículum. Fue divertido."

"... Entiendo que todavía tengo muchas deficiencias, pero haré lo mejor que pueda."

Desde su postura hasta el tono y la actitud que tenía al hablar, todo de él era perfecto. Y ya que era perfecto, Si-jin se sintió tan agobiado que hasta olvidó que él era algo así como "el próximo jefe" que ese hombre iba a tener. No obstante, los ojos de Lee Joon brillaron ferozmente como si estuviera demasiado emocionado por lo que fuera que estuviera a punto de decir. ¡Dios mío! Si tenía luces en las pupilas entonces sería bueno que le bajara un poquito a la intensidad porque lo estaba dejando increíblemente ciego. En cualquier caso, aunque el entusiasmo que se notaba en su semblante resultaba agobiante, como su entrevistador tenía que decir que tampoco estaba nada mal. Además, no era una entrevista que necesitara ser tan tensa o tan increíblemente recta. Dado que era un trabajo como "asistente de escritor", algo que se basaba en quedarse en casa en lugar de viajar o ir a la oficina, no había muchos solicitantes y, lo que era más importante, los que se dignaban a hablar con él no cumplían con lo que él necesitaba. Los guiones enviados a su oficina eran demasiado pobres para siquiera conservarlos así que, hasta el momento, el trabajo del hombre que tenía de frente era el único que le había parecido genial

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