Incidente en la casa de los Nielsen

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6 de Mayo de 1993. Era una noche lluviosa en la casa del pequeño Daniel Nielsen, un niño rarito de unos 12 años , pelo negro repeinado. Se encontraba solo en el desván de su casa, una casa antigua, se decia que habia sobrevivido a mucho... Cuando un golpe en seco sonó desde la ventana.

Dani se asomo, un limón la había golpeado con fuerza, aunque estaba podrido y no llegó ni a rayar el cristal, en la acera de enfrente otros dos niños huían entre carcajadas bajo la lluvia, por la forma en que Dani les seguía con la mirada no era la primera gamberrada que su casa sufría. Tampoco le dio mucha importancia y volvió a jugar con su caja de Lego en la mesa del desván, Dani le quitaba la cabeza a los obreros de bloques de plásticos, y no solo eso; el desván entero estaba repleto de peluches y juguetes sin cabeza pintados con tinta de bolígrafo.

-¿Que le paso?

Una voz desconocida sonó a espaldas del niño, se suponía que estaba solo en casa, su madre trabajaba y su padre..."digamos que se fue a por tabaco..."¿Entonces de quién era esa inquietante pero tenue voz?

Dani se giró y contempló la silueta de un hombre, más que hombre; joven, de unos 17 años (a juicio de un niño), alto, rubio, ojos azules y de vestimenta peculiar, vestía todo de blanco; camisa blanca, pantalones con tirantes blancos, expecto arriba, llevaba un sombrero estilo bombín negro. Le recordó a una película que veía su padre antes de que se marchara, pero no recuerda exactamente cuál...

-¿Quién eres?- Preguntó Dani

-Tony... Respondió el joven extraño fanatico del color blanco y el sombrero negro

Se miraron uno al otro, el joven de blanco giró la cabeza hacia la derecha, señalando con la mirada a un oso amarillo de peluche, le faltaban los ojos, refieriendose a eso por la pregunta que antes formulo.

-¿Que le paso?¿Y sus ojos?

Volvió a preguntar Tony al niño sorprendido. Dani sin entender quién era ni cómo había entrado este tipo en casa respondió con algo de miedo.

-Fue un accidente...

El niño recordó todas las veces que para descargar su ira golpeaba al oso y lo lanzaba contra la pared, hasta que se le cayeron los dos botones negros que tenia como ojos.

-¿Has probado a colocar unos nuevos?

Pregunto otra vez Toni, preocupado por el peluche

Dani respondió que "no" con la cabeza y Toni sacó una pequeña caja de madera, en ella había un pincel y dos recipientes con pintura; uno color azul y otro verde.

-Prueba a pintarle unos ojos al peluche.

Dani baño el pincel en la pintura azul, le clavó la punta en la cara sin rostro del oso, aunque no parecía tener mucho efecto, la pintura azul era casi agua, sin marcar ningún color.

-Mejor con el verde.

Dani volvió a obedecer al extraño Toni y probó de nuevo; esta vez con el color verde. La pintura aún húmeda se quedó en el rostro del peluche aunque comenzó desprender un olor amoniaco, la pintura comenzó a deshacer el algodón y desintegrar el peluche como un helado en verano, dejando a su paso un rastro verde.

Dani rapidamente dejó caer el oso al suelo, tenia miedo que esa pintura verde le cayera en el brazo y sufriera lo mismo que el oso. Direcciono la mirada a Toni esperando una respuesta del extraño fenómeno. Toni se quedó callado y no dio explicación de la pintura.

De repente se escuchó el sonido de un cúmulo de llaves abriendo la puerta principal de la casa, La señora Nielsen (madre de Dani) había vuelto de trabajar y venía con bolsas de la compra, su hijo bajó por las escaleras a recibirla y explicarle lo sucedido.

-Mama, mama, no te lo vas a creer.

-Ahora me lo cuentas Dani, primero tengo que colocar...

-No, primero me escuchas;(interrumpe)...le eche pintura y el oso se comenzó a deshacerse...

-Aja...

-...porque Toni me dijo que lo hiciera...

La última frase alarmó a su madre.

-¿Toni?¿Quién es Toni?  Dani, ¿Has dejado entrar a alguien en casa?

-No, no se quien es, apareció sin más...

Su madre no comprendía muy bien lo sucedió y no le dio mucha importancia, asomo las manos a los bolsillo como si le faltara algo.

-Mierda, el monedero... -Dijo en voz baja

-Dani... ¿Por qué no me lo cuentas luego? Mama se ha dejado el monedero en el mercado...

Con prisas volvió a salir por la misma puerta por la que había entrado, Toni ya no estaba en el desván ni en ningún lado. Dani se había vuelto a quedar solo en casa.


Minutos más tarde la lluvia cesó. Dani se asomó a la ventana que daba a su jardín de atrás, era Toni, estaba en el patio con una pala cavando un profundo hoyo. Dani se asomo sin comprender muy bien nada de lo que estaba pasando esa noche.

-¿Qué estás haciendo? -Exclamó Dani mostrando su enfado por el boquete que había en el jardín.

-Cavar tu ataúd... -Respondió sin remordimientos el escalofriante joven rubio y de ropa blanca. Bueno, ya no era blanca, estava sucia de tierra.

Esa respuesta dejó a Dani exhausto, casi sin poder responder bien. Comenzó a pensar que todo se trataba de un sueño, una pesadilla, nada tenía sentido hoy. Toni casi de forma automática comenzó a cavar otro hoyo justo al lado del anterior.

-Y otro para tu madre...

-¿Qué? Nooo, para...

Dani volvió de sí, intentó impedir el destino que le prometía pegándole patadas a la pala, resultó inutil. Lanzó un puñado de tierra húmeda a la cara de Toni. Giró la cabeza tétricamente mientras le chorreaba barro del rostro, agarró al niño del brazo y lo lanzó al hoyo como si fuera un saco de arroz.

La madre de Dani volvió a entrar en casa después de recuperar el monedero. No veía a su hijo por ningún lado, lo que sí que vio fue un el techo agrietado con un tono verdoso, era el oso de peluche, poco a poco había deshecho la madera del piso superior, fundiendo el suelo a causa de la tinta verde.

En ese momento en el jardín: Toni prendió una cerilla con intención de incendiar la vieja casa de Dani y centró la mirada en el niño (que acaba de salir del hoyo).

-Lo siento Dani, pero es mejor así...

Toni dejó caer la cerilla prendida. La casa comenzó arder como hojas secas, rodeandola en una enorme flama. La tinta verde ayudó al fuego a propagarse. Y en su interior la señora Nielsen, divorciada, madre de un hijo. Dani contempló su hogar arder de un momento para otro como papel mache, una llama de fuego se plasmo en sus pupilas; y en su memoria.

The Ink HatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora