II. Entrevista.

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Lain frunció el ceño en un gesto de dolor por lo bien que controlaba su cuerpo, no tenía problemas en dejarle el mando si con eso podía disfrutar de esa manera. No pudo evitar ruborizarse al verlo acomodar sus piernas en sus hombros intentando detenerlo pero guardando el impulso, comenzando a relajarse al sentir su lengua en su entrada.

- Ah.. Si.. - susurró entre ronroneos estirando una pierna, luego la otra, mientras se mordía un dedo por la necesidad de besar. - uff.. Así.. - estiró su cuello casi retorciéndose de placer en el sofá mientras lo miraba. El hecho de que haya entendido lo que quería y en qué posición quería estar, lo volvían loco. - cómo supiste que quería abrirte mis piernas?.. - susurró lascivo escuchando los sonidos húmedos que hacía entre su entrada y sus lamidas.

Hacía tiempo que Félix no veía a alguien naturalmente sexy, sin fingir poses y gestos. Subió lamiéndolo entero y lascivo hasta debajo de su mentón, mientras se acomodaba entre sus piernas con los pantalones apenas más debajo de su cadera y entraba en él por completo, terminando por lamerle la punta de la nariz. Sonrió mirándole a los ojos.

- De dónde saliste?... Me estás volviendo loco. - susurró Félix admirandolo.

Félix le dio algo de tiempo para acomodarse, acostumbrarse y respirar con su miembro dentro para comenzar a embestir, cada vez más rápido mientras lo besaba húmedo y continúo, desesperado y despeinandolo en la ansiedad por tocarlo.

Lain miró ansioso mientras Félix se acomodaba entre sus piernas, también algo preocupado al pensar que no iba a ceder, pero en cuanto lo penetró comenzó a sofocarse de placer, veía estrellas con sus movimientos y sus besos. Sentía como chocaba entre sus muslos, humedeciendo aún más la zona y cómo su miembro se frotaba en el abdomen marcado de Felix. No aguantó de gemir y sollozar, aumentaban sus quejidos a medida que Félix aceleraba. Estiraba sus piernas, a veces cruzándolas en su cadera e intentaba acomodarse para tenerlo más profundo. Lo miró a los ojos desesperado, metiéndole dos dedos en su boca para que los chupe y así volviendo a la suya para probar su saliva.

- Es tan.. Bueno.. - Lain reclamó, a veces quejandose por algunas punzadas pero de alguna manera el dolor se convertía en placer, ardía su cuerpo al ver a Félix en acción encima. Intentaba guardar todo en su memoria. Frotó su mejilla en la suya luego lamiéndole los labios - quiero que me folles.. Toda la noche. - suplicó arañando sus brazos.

Félix se estremeció, recorriendole electricidad por la columna con las uñas de Lain y sus palabras, embistiendo con fuerza y sujetándole bruscamente con una mano las mejillas, abultando su labios para lamerlos y besarlos.

- Sabes delicioso... - Félix mordió su boca, desesperado en saciarse con su cuerpo. Lo había marcado en los hombros y le había dejado los labios rojos. - dime tu nombre.

A Lain le gustaban sus formas, necesitaba desesperado que Félix tome el control de todo, por lo que su sumisión era bastante evidente en esa situación, le generaba un placer incontrolable. Jadeando intentó guardarse los gemidos para poder hablar mientras intentaba sujetarse de la orilla del sofá, levantando más una pierna mientras seguía estremeciéndose por cada embestida. Lo miró a los ojos con una expresión atontada y lasciva. Queriendo comunicarle con ella que estaba en éxtasis.

- ... Lain - dijo apenas con una expresión de dolor mientras se quejaba estirando su cuello, eyaculando mientras sollozaba, lo abrazó del cuello sin querer parar - Dime tu nombre..

- Félix - susurró suspirando su nombre por el placer de sentir el líquido caliente de Lain en el abdomen. Lo abrazó por debajo para tenerlo apretado a su cuerpo, mientras embestía desenfrenado y violento hasta acabar dentro suyo.

Ahogó un gemido ronco en su cuello mordiendo y volviendolo a marcar. Se quedó un momento pegado a él, disfrutando los quejidos, suspiros y jadeos de Lain que iban bajando poco a poco. Se separó mirando hacia abajo, salió de él estirando suavemente con los dedos en lain para ver salir su propio semen de dentro de él. Estiró la mano hacia él en un saludo, sonriendo. - mucho gusto.

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