Un mundo mágico

Son las 5 de la mañana, suena mi alarma, la apago y vuelvo a dormir mis últimos 15 minutos de gloria. Me encanta dormir, pero hago el esfuerzo por levantarme para poder arreglarme e irme a la prepa. Hoy tengo que caminar hasta la carretera, generalmente hago 9 minutos caminando y debo estar ahí a las 5:45.

Hasta el momento todo está tranquilo, llegué a mi primera parada sin problema alguno. Todo parece aburrido hasta ese momento, pero en el fondo sé que mi viaje a la prepa apenas comienza...

Todo inicia cuando me subo al autobús Noctámbulo: lo primero que me encuentro es con una cara llena de granos, este empieza a hablarme, veo el movimiento de sus labios en combinación de su mirada enfocada en mí, sin saber qué es lo que me está diciendo asiento felizmente con la cabeza, le pago y me dirijo al final del bus para sentarme; esperando a que avance me fijo por la ventana ansiosa por ver el mundo al que he entrado.

Por si eres un muggle te hablaré un poco sobre el autobús noctámbulo: se supone que es un transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte el cual te lleva a donde quieras, pero a esa hora mi amigo Stan (cobrador del autobús noctámbulo) está terminando de trabajar y casi todos los días a cambio de unas monedas me lleva a mi primer destino: el muelle de los monstruos marinos, pues ahí se encuentra la salida de este mundo mágico para llegar a la sociedad muggle.

Solo quiero que sepan que vivo en la comunidad muggle, pero al subir al bus noctámbulo automáticamente me intercambio al otro mundo.

Mientras avanza en transporte mágico me pongo a observar las maravillas de este mundo, al inicio todo es obscuridad temporal de máximo 3 minutos.

Con lo primero que se topan mis ojos es con el Emporio del Pelicano, nunca he entrado, pero me han contado que dentro puedes encontrar pelicanos de muchos tipos y productos para ellos, en este mundo los pelicanos son muy importantes, y se pueden observar volando por el cielo.

Hago un esfuerzo por reconocer lo que está alrededor mío, pero el autobús va demasiado rápido como para distinguir bien, hay veces que se para cuándo tiene que subir más gente, ahí es cuando observo a mi alrededor y visualizo las tiendas de automóviles voladores, árboles gigantes de navidad de unos 200 metros de altura, visualizo los dragones enanos que vuelan a lo lejos, observo las hadas que vuelan por todos lados entregando diferentes artefactos mágicos, al menos a esta hora ya hay mucha gente volando en sus escobas, la vista es simplemente hermosa, es distinta al mundo muggle donde todo es aburrido y ordinario.

Al pasar el gran río de las sirenas automáticamente sé que no falta mucho para llegar al muelle de los monstruos marinos, ahí es cuando me preparo para cambiar del mundo mágico a la comunidad muggle. Me percato de que a mi izquierda se encuentra la gran sala capitalista y me levanto con dificultad hasta la puerta de salida; empiezo a contar desde el número 10 en reversa, y cuando me percato de que el muelle está enfrente de mí, me despido de Stan con una mano y presiono el botón que dice: "salida al mundo muggle".

Al bajar del autobús me percato de que todo a mí alrededor es ordinario de nuevo y comienzo a caminar con mis audífonos puestos hacia la segunda parada, donde tengo que esperar a un bus común y corriente con gente no mágica.

No me gusta mucho la idea de tener que subirme a un camión lleno de gente, pero me subo porque no hay nada que pueda hacer...

Siento que una de mis amigas me toca un hombro y abro mis ojos poco a poco tratando de entender que es lo que está pasando. No puedo creer que me haya quedado dormida otra vez, la clase ya había finalizado, dormí dos horas y ni siquiera pude apreciarlo. Todos me estaban observando, algunos se reían en voz baja, y otros no podían disimular ni un poco.

Realmente no fue tan malo quedarme dormida, tuve un sueño relacionado con el mundo de Harry Potter, y espero no sea el último porque simplemente me encantó.