Sin cadenas

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Encadenado, con mi cuerpo cubierto de heridas, sintiendo que mi cuerpo se desmorona por el dolor pero no lo suficientemente para quedar inconsciente no lo suficientemente para liberarme de mi tormento, pero vuelvo a sentir sus pasos acercarse cuando tendrá suficiente cuando podré librarme de esto, acaso ¿no podré nunca ser feliz? Esa es la pregunta que más recorre mi mente cuando siento que me agarra por los hombros, debería gritar pero no serviría de nada después de todo nadie me ayudaría, nadie quiere hacerlo, me sigue sacudiendo mientras dice mi nombre, no, lo grita..algo esta mal de repente todo se vuelve oscuro mientras siento que dejan de sacudirme para dar leves caricias en mi cabeza, nunca es un abrazo, no sabría encontrar la razón de esto pero ya estoy más tranquilo ¿ como puede ser que pasara otra vez? Me pregunto si alguna vez estás pesadillas se detendrán, abro los ojos serciorando que ya no estoy en esa celda sino en el cuarto que me pertenece desde hace dos años, afilando la vista para descubrir al albino que me miraba con otra de esas sonrisas indescifrables..su cuarto estaba cerca del mío así que seguramente lo desperté con mis gritos ( otra vez ), no puedo evitar mirarlo apenado porque siempre pasará lo mismo pero él no parecía enojado por esto, nunca se enojaba cuando algo como esto pasaba.

Miro confundido al mayor cuando este me indica que me aliste y el dándose cuenta de esto se apresura a explicarme con no más detalles que se trataba de una sorpresa, no lo cuestione porque ya otras veces a hecho esto tratándose seguramente que quería que lo ayudara en alguna de sus raras bromas, raras pero bastante divertidas después de todo el ucraniano albino era bastante excéntrico pero había aprendido que estar cerca de él siendo le traería diversión. Mientras me vestía lo más apresurado que podía para no hacer impacientar al inquieto albino que aunque mayor que el podía ser bastante infantil la mayoría de las veces, no invitando reír un poco al recordar todo lo que había vivido desde que llegó al lugar.

Al principio le costó adaptarse y más cuando se enteró que de alguna forma mientras estaba inconsciente había viajado fuera de país natal pero fuera de esa sorpresa inicial nunca se había sentido tan cómodo en algún lugar después de todo tenía todo lo que necesitaba, lo cual solo constituía un techo donde vivir, tres comida al día y sobre todo nadie le pegaba cuando hacía preguntas para saciar su curiosidad o cuando simplemente hablaba, nadie en ese lugar le había dicho nada cuándo respondió con esta información a una de sus preguntas, ni lo habían juzgado lo contrario ellos sí respondieron sus preguntas. Fyodor otro de los miembros de esa extraña organización era quién le había dicho sobre su habilidad, sin embargo el azabache no dijo mucho más que eso, le habían asegurado una educación adecuada para su edad y no comprendía porque tomarse tantas molestias por él, cuando le preguntó al mismo azabache este no tardo en decirle que de esa forma sería más útil, también estaba aprendiendo a usar su habilidad para no perder el control por parte de otro albino que se le presentó como Iván al cuál casi siempre podía encontrar al lado del azabache, en realidad esto era lo mismo para ambos albinos mayores. Pero sin duda lo que más le gustaba era el tiempo que pasaba con el ucraniano, pues este siempre le mostraba trucos de magia o le enseñaba a hacer bromas por las cuales ambos siempre terminan metiéndose en problemas a veces llegaba a preguntarse cuál de los dos era el niño, sin embargo no era tonto al transcurrir un año con ellos había descubierto que es lo que hacía esa organización después de todo eran bastante particulares y más Gogol en la forma de hablarle el cual no se molestaba en esconderme mucho después de todo ya daba por hecho que el también formaría parte de su grupo y el nunca se había molestado en negarlo después de todo ellos no solo los habían salvado sino que también le habían ofrecido un lugar para sentirse el mismo y los ayudaria no por que este de acuerdo con sus ideales sino para proteger a quienes aprecia, después de todos ellos se habían vuelto una parte importante de su vida que no estaba en sus planes perderlos.

Volviendo a la que hacía en estos momentos, había terminado de vestirse saliendo de su habitación para acercarse a donde lo espera el mayor para que le explicara la nueva broma que seguramente se le había ocurrido pero no esperaba que este prácticamente lo arrastrara a la sala donde para su mayor sorpresa también se encontraban Iván y Fyodor..el último parecía haberse resignado a estar ahi, era raro que se encontraran todos en el edificio aunque Iván casi siempre estaba pero cuando dirigió su mirada a una de las mesas no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran y una sensación llenará su cuerpo estaba seguro que era el sentimiento llamado felicidad que hasta hace un tiempo le resultaba totalmente ajeno pero ahí estaba ni siquiera él se había acordado de su propio cumpleaños pero ellos sí, y aunque ese pastel seguramente era alguno que habían comprado simplemente eso era más que suficiente. Estaba bastante seguro que no se había equivocado en su decisión..aunque apenas estuviera cumpliendo los 12 años, el estaría del lado de ellos por ahí se siente libre de las cadenas que lo habían mantenido prisionero, no solo a su cuerpo también a su alma que ahora se siente más liviana..aunque fueran asesinos, terroristas..o los seres más crueles con él no se habían portado de tal forma, porque había encontrado alguien que compartía un deseo con él, ser libre aunque las formas y pensamientos del albino bromista fueran diferentes a las de él, pues como todos ahí era bastante extravagante..comprendió mucho gracias a ellos y esperaba comprender aún más para así poder ayudarlos en su objetivo..aunque Fyodor dice tener ya un papel para él en su plan aún no ha querido decirle cual es.
Ese mismo día un poco más tarde, el ucraniano había salido a hacer quien sabe que quedándose él al cuidado del otro albino presente Iván, estaba leyendo uno de los libros que le habían recomendado mientras su cuidador se encontraba en la misma sala con algunos papeles que no entendía, Fyodor tampoco estaba cerca también había dejado la mansión sin ninguna explicación pero el nunca las daba por una de las ventanas en la habitación que se encontraba de la cual tenía vista hacia la puerta que daba entrada al lugar pudo visualizar al azabache pero este venia acompañado por alguien que no había visto nunca hasta ahora también era albino, parece que en ese lugar el único que no lo es, era el propio Fyodor, el cabello del nuevo visitante era además largo y podía vislumbrar el color de sus ojos, eran rojos sin duda, estaba vestido completamente de blanco suspira al momento en que los ve entrar seguramente el invitado era igual de extraño que los habitantes del lugar.

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