tres.

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dori se había convertido en una bola peluda que apenas podía caminar con sus cuatro patas, dormía todo el día y sólo se levantaba para buscar su alimento, incluso habían veces en las que decidía hacerlo para fastidiar, tal y como se encontraba haciéndolo en ese preciso instante.

一 dori, bájate de ahí, maldita sea 一 minho soltó un suspiro de molestia, intentando ponerse de puntillas para tomar la cola de la felina, pero sólo logró que ella encogiera su cola aún más para evitar aquel agarre 一. mi paciencia se está yendo a la mierda.

una suave risa se hizo resonar por el lugar y escuchó cómo una silla era dejada detrás suyo, acercándola lo más cerca posible mientras unas manos se posaban en su cintura para voltearlo, rodando sus ojos al visualizar aquel rostro con una pizca de burla en su expresión. claro, había olvidado por completo que chan estaba en su casa "ayudándole" con el cuidado de su gatita.

一 aleja tus manos de mí, tonto. 一 le respondió por lo bajo y golpeó sus manos para alejarlas, tomando la silla y subiéndose sobre ésta para agarrar a su gata con cuidado, sin prestarle más atención al rubio.

一 un "gracias" mínimo, ¿no? — chris enarcó una ceja.

一 vete a la mierda, no te pedí ayuda.

rodó los ojos y se mantuvo en silencio. no estaba sorprendido, minho era por lo general alguien muy difícil de tratar. y, claro, no mintió cuando dijo que sería un dolor de culo para el mayor desde que cruzó por su puerta.

tal vez llevaban alrededor de cinco meses de conocerse, pero lee aún seguía siendo algo seco y grosero, aunque no comprendía la razón, era algo muy confuso para él. habían veces en las que el menor era muy simpático e incluso coqueto, él aprovechaba cada oportunidad en la que mostraba su lado más frágil. claro, quizás una vez al mes, pero al menos podía aprovecharlo.

un ruido lo sacó de sus pensamientos y se dió cuenta de que estaba solo en la cocina, después de haberle intentado ayudar a min, por lo que se levantó de su lugar y se dirigió hacia el salón de donde provenía el ruido, encontrándose con el más bajo sentado sobre el sofá mientras veía televisión y dori dormía sobre la alfombra que rozaba sus pies.

一 dori es realmente perezosa ahora. 一 murmuró bang, sentándose al lado de él, quien sólo asintió ante sus palabras sin siquiera apartar su mirada de la pantalla.

el rubio se pasó las manos por su cabello con frustración. desde que lo conocía, siempre era lo mismo cada vez que intentaba acercarse a él. pequeñas palabras, simples sonidos, alguna mirada de reojo, un ligero asentimiento con su cabeza. eso era todo lo que minho podía ofrecerle y chan realmente se preguntaba en dónde había quedado la amabilidad fingida de su menor cuando lo acompañó por primera vez a la veterinaria con dori. claro, recién empezaban a conocerse y, como cualquier ser humano, era agradable al principio, excluyendo la parte en la que había irrumpido en su casa para amenazarlo con romperle la cara. ahora conocía al verdadero dueño de dori.

miró de reojo a su costado cuando sintió una presión sobre su hombro, encontrándose con la cabeza de aquel chico recostada en su hombro mientras algunos ronquidos sonaban por lo bajo, siendo acompañados por el volumen alto que mantenía la película que aún seguía reproduciéndose en la televisión.

sonrió inconscientemente por tener a minho durmiendo sobre su hombro; sin embargo, sabía que era algo incómodo, al menos él sentía que la posición sería incómoda para el menor y quizás podría despertarse con dolores musculares, por lo que le dió un par de sacudidas a su cuerpo, escuchando cómo soltaba un gruñido de molestia.

一 déjame dormir. 一 bufó, acomodándose mejor en su hombro e intentando cerrar los ojos de nuevo para seguir conciliando su sueño.

chris suspiró.

(𝗰𝗮𝘁)𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗽𝗵𝗲,  𝖻𝖺𝗇𝗀𝗂𝗇𝗁𝗈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora