Ha pasado un día desde que reencarne en el cuerpo de este príncipe infortunado, no e comido ni bebido nada.
segundo día: me dormí mientras maldecia a los que me tenían encerrado y repetía el ciclo de pensar en como escapar de la pricion en la que estaba encerrado
-¡Maldición! Me volveré loco si no salgo de este lugar-
No a parado de llover y tampoco ha venido nadie a verme ni ese maldito hombre de cabello verde llamado Yosef
Tercer día: He tenido muchos recuerdos, al parecer el dueño anterior de este cuerpo se llamaba Liryc Yusuf.
Una sed y hambre insaciable se a precipitado repentinamente sobre este pequeño cuerpo
-Piensa...¡piensa sam!-
-!!Porfavor déjenme salir!!-
¿Está es la realidad? ¿Que hay de mi vida? ¿Mis padres, mi hermana? ¿Que me va a pasar?.
-¡mierda!-
-¿¡Porque yo!?-
-!!ni siquiera e salido con una chica aún!!-
-¿Porque a mi...?- repetía esas palabras mientras sollozaba
Me guste o no...esta es mi realidad... sería el final si muero, por ahora necesito pensar en como salír de aquí y tratar de sobrevivir.
La prisión era un lugar oscuro y siniestro, con muros de piedra y celdas apenas lo suficientemente grandes como para que una persona adulta pudiera estirarse, pero Sam era un adolescente en el cuerpo de un niño.
Sam fue enviado a la prisión por una revuelta en contra de la familia real , y se encontró atrapado en una celda solitaria y oscura. Los guardias no le brindaban comida ni agua, y Sam se vio obligado a sobrevivir con lo que pudiera encontrar.
En un principio, intentó hacerse con alimentos a través de las rendijas de su celda, pero no había nada que pudiera comer. Desesperado, comenzó a buscar formas de hacerse con alimentos de otras maneras.
Un día, mientras estaba sentado en su celda, Sam vio a un ratón corriendo por el pasillo. Sin pensarlo dos veces, se lanzó sobre el animal y lo atrapó. Aunque no era lo que él habría elegido para cenar, se aferró a ese trozo de carne y lo devoró rápidamente.
A partir de entonces, Sam se dedicó a cazar criaturas parecidas a los ratones y otros pequeños animales para sobrevivir. Aunque no era la comida más apetitosa, le permitía mantenerse con vida y tener fuerzas para seguir adelante.
Con el pasar de los dias, Sam aprendió a sobrevivir en la prisión en la que se encuentraba de la mejor manera posible. Aunque no tenía acceso a comida fresca ni agua potable, encontró formas de mantenerse fuerte y siempre estaba dispuesto a buscar la manera de escapar y sobrevivir.
Al día siguiente desde el momento en que desperto en la cárcel, Sam supo que tenía que hacer algo para escapar.
Empezó a planear su fuga desde el primer día, observando a los guardias y buscando cualquier punto débil en la seguridad de la prisión. Pasó horas en su celda, pensando en diferentes formas de escapar y buscando cualquier objeto que pudiera serle útil.
Finalmente, Sam encontró una pequeña herramienta que había escondido en su celda y que había sido olvidada por el personal de la prisión. Con esta herramienta, Sam comenzó a trabajar en su plan de fuga.
Después de semanas de preparación, Sam finalmente encontró una forma de escapar. Una noche, cuando todos los guardias estaban distraídos, Sam se escondió detrás de un muro y esperó a que pasara el turno de guardia. Cuando llegó el momento, Sam se deslizó por debajo del muro y salió corriendo.
Aunque fue perseguido por los guardias, Sam era un corredor rápido y logró escapar. Después de varias horas de huida, finalmente llegó a una ciudad cercana donde logró perderse en la multitud.
Con una sonrisa de alivio en el rostro, Sam se dio cuenta de que había logrado escapar de la prisión y podía comenzar una nueva vida libre. Aunque había sido una larga y peligrosa huida, valió la pena el esfuerzo y la determinación de Sam para recuperar su libertad.
Y en ese momento al igual que como pasan las agujas de un reloj el tiempo pasó, un relámpago resonó en la distancia y la ilusión acabo.