14.Despedida de soltero del prometido de Han-eul

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Pasaron un par de semanas después de que Han-eul quería su despedida de soltera con mi jefe y como se supone que ya había perdido mi timidez con mi jefe a la hora del sexo y digo se supone porque aun me daba algo de pena pero tenía que mantener mis palabras en hechos así que ocultaba la pena y me dejaba llevar mas por la pasión con mi jefe que por lo regular era en la oficina aunque en realidad solo fue en una ocasión en este par de semanas pues mi jefe ha estado distante quizá por la presión de tener que ser el padrino de la despedida de soltero del prometido de Han-eul que además de los amigos de este también acudirían los amigos de mi jefe y lo sé porque le ayude a hacer las reservaciones del lugar para mañana sábado.

Jeon - Señorita Han ya confirmó la hora de la reservación? - dijo mi jefe muy ansioso al llegar a mi escritorio.

Yo - Sí señor, no se preocupe, mire aquí están los datos - dije mostrándole en mi teléfono el comprobante de dicha reservación - Se lo enviaré enseguida señor - dije y tomé mi teléfono para mandarle la información - Listo!! Ya tiene todo en su teléfono asi que no debe tener problema alguno - dije con una sonrisa mirándole y este asintió.

Por fin llegó la hora de la salida y toqué a la puerta de mi jefe pero apenas termine de tocar cuando este abrió la puerta y me jalo hacia su oficina cerrando la puerta detrás de mí con seguro y me tomó del cuello para besarme con frenesí muy apasionadamente tanto que mi intimidad se empezaba a estremecer y este bajó sus manos a mi trasero pegándome hacia su miembro con locura mientras yo lo tomé por la nuca jugando con su cabello mientras los besos no perdían su pasión pero antes de que algo sucediera alguien tocó a la puerta por lo que nos separamos nerviosos.

Jeon - Si?...- dijo este mientras me llevaba hacia el cuartito dentro de su oficina donde esta el archivero indicando que me escondiera sin hacer ruido y eso hice mientras él se dirigió a la puerta para abrir arreglándose un poco yo deje una pequeña abertura para ver de quien se trataba y me lleve una gran sorpresa nada grata al ver quien era - Tú?!! ...qué haces aquí? - preguntó sorprendido tanto o más que yo.

Han-eul - Pues vine a ver al padrino de la despedida de soltero de mi prometido asi que dime, como van los preparativos? - dijo esta al cerrar la puerta con seguro mientras mi jefe no salía de su asombro - También me debes mi despedida de soltera no creas que se me olvido que me dejaste plantada - dijo esta y se acercó a él colocando una mano sobre su pecho deslizandola lentamente hacia su cinturón y mi jefe no hacía nada solo veía como su mano recorría su cuerpo y en un instante esta lo jalo por la corbata haciendo que se inclinara para besarlo en los labios beso que mi jefe correspondió de inmediato lo cual me hizo enfurecer pues acababa de besarme a mi y ahora le correspondía el beso a ella, sentí una enorme tristeza pues nuevamente ella lo hizo caer a sus pies y me dio coraje al ver que se besaba con ella como si nada hubiese pasado entre nosotros momentos antes, se que eso no es nada bueno para mi jefe y me aflige que juegue con él de esa manera y lo peor es que él no se de cuenta de su juego, que rabia me daba esa situación pero yo qué podía hacer si ya estaban en tremendo beso asi que solo me quedé viendo tal escena con tristeza y aunque una parte de mi quería salir del cuarto y decirle sus cosas a esa mujer la otra parte de mi estaba dolida también pues me sentí traicionada y aunque se bien que no somos nada el hecho de que la besara así sin remordimiento sabiendo que yo estaba ahí me hizo un nudo en la garganta - Vamos a nuestro lugar si? - dijo esta al separarse del beso y este asintió tomando sus cosas se fueron del lugar y me quedé ahí tras la puerta sin poder contener mis lágrimas pues me daba cuenta otra vez que no soy nada mas que su mujer de respaldo, una que no tiene importancia para él, ni siquiera para el sexo, me quedé ahí e inevitablemente lloré al toparme de frente a mi amarga realidad, después de un rato de llorar traté de recomponerme un poco, cabizbaja tomé mis cosas y salí del edificio me senté a esperar el autobús y mientras esperaba no podía dejar de pensar en lo poca cosa que soy para mi jefe y eso me hacía sentir tan insignificante que solo por inercia logré llegar a mi casa tumbandome en mi cama a solas pues mi amiga llegaría mas tarde y tanta era mi pesadez por sentirme tan poca cosa que mis lágrimas comenzaron a salir nuevamente y así entre lágrimas silenciosas me quedé dormida.
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