➹ Cap. 4

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Los días son aburridos cuando eres un bebé, literalmente no puedo hacer nada

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Los días son aburridos cuando eres un bebé, literalmente no puedo hacer nada.

Aunque la tía Rebekah mejoraba siempre nuestros días y era muy cariñosa, sobreprotectora y extremadamente amorosa desde que nos llevó con ella, no podía evitar sentirse triste y un poco deprimido.

Deseaba volver a mi cuerpo de adolescente pero no podía al estar atrapado en el cuerpo de un bebé.

Lo único que agradecía era que no estaba solo en esa situación, tenía a Hope con él aunque ella si fuera una bebé realmente a diferencia de mí que era un adolescente.

Hope era alguien que de verdad apreciaba mucho, la estoy amando como a una hermana, ella era tan linda que me gustaría ponerla en una cajita de cristal para que nunca nadie la dañe.

«Landon prepárate porque te mataré en el futuro». Pensé.

Hope y yo salíamos a pasear a veces con la tía Rebekah quién nos llevaba a un parque cercano de la casa donde vivíamos actualmente, en ocasiones también nos llevaba a comprar juguetes y ropa.

A veces la tía Rebekah pasaba horas y horas poniéndonos ropa, de verdad admiraba su tremenda paciencia.

En algunas otras ocasiones la tía Rebekah nos leía muchos libros infantiles como ahora mismo que nos estaba contando otro cuento.

─ Había una vez un majestuoso Rey que vivía con su noble hermano, en un reino dónde se celebra la música y el arte. Él Rey no previó tener hijos pero vivía en una tierra encantada dónde todo era posible. Con el tiempo fue bendecido con dos hermosos hijos para quiénes sólo deseaba la paz ─ tía Rebekah nos miró antes de continuar ─ Aún así el Rey tenía demonios que los perseguían. Había una bestia despiadada que quería tomar el reino por su cuenta, armado con unas criaturas indómitas, expulsó a otras criaturas mágicas de la tierra ─ agregó.

«Esté era un cuento diferente, muy diferente a los demás». Pensé mentalmente al escucharla.

─ Y había una malvada hechicera que tenía piedras encantadas que debilitaban al Rey en cada luna llena. Al ver la sombra que sus enemigos arrojaban sobre su hogar, el Rey se vió obligado a despedir a su amada princesa y su adorado príncipe, convenciendo a todos los que quedaban de que ellos estaban perdidos para siempre ─ dijo mientras movía nuestra cuna de un lado al otro.

─ El Rey, en su dolor, se alejó del mundo. El castillo cerró sus puertas y el reino cayó. Algunos dicen que la única luz que brilla en el castillo ilumina la sombra del majestuoso Rey en la habitación destinada a sus hijos. Pero, cuándo las bestias despiadadas tomaron el control del reino del Rey caído, no sabía que él y su hermano no descansarían hasta que sus enemigos fueran vencidos. Porque creían que un día, sanaría su reino y traería a sus preciosos hijos a casa para que puedan vivir feliz para siempre ─ terminó de contar la tía Rebekah.

Era un cuento triste. Desde que la escuché supe que claramente se trataba de papá y de nosotros.

Después de ese cuento, Hope y yo nos fuimos a dormir. No sabía cuánto tiempo nos duraría está tranquilidad por lo cuál la disfrutaría al máximo.

[...]

Al despertarme me di con la presencia de la tía Rebekah quien venía hacía nosotros.

«Parece adivina». Pensé al verla justo cuando desperté.

─ Buenos días mis amores ─ nos dijo sonriendo ─ al parecer necesitan un cambio de pañales los dos ─ agregó arrugando un poco su nariz.

«¡OH NO!, TRAGAME TIERRA». Grité mentalmente.

Hope se rió como si hubiera entendido lo que Rebekah dijo aunque en realidad no lo entendió.

Momentos como éstos eran los más vergonzosos que me han pasado hasta ahora en toda mí existencia.

«Maldita sea, me gustaría no tener consciencia de esos momentos tan penosos». Pensé.

Sentí mi cara arder de la vergüenza ya que no quería que ella me cambiará aún cuando no era la primera vez que la tía Rebekah hacía eso.

«¡Por favor, alguien que me ayude!». Suplique mentalmente.

─ ¡Ah!, Tú carita está rojita de nuevo ─ dijo la tía riéndose de mí.

Siempre se reía de mí cuando mis mejillas estaban rojas, eso siempre me pasaba cuando me bañaba o me cambiaba.

«Es horrible esto de ser niño, no es nada bonito». Gruñí internamente.

Salí de mis pensamientos cuándo la tía Rebekah me hizo cosquillas no sólo a mí sino también a Hope.

No pudimos evitar reírnos por las costillas que nos hacía.

Definitivamente amo a nuestra tía Rebekah aunque a veces me haga pasar mucha vergüenza.

La tía Rebekah hacía nuestros días muchos mejores cada día aunque aún no puedo evitar de extrañar a mamá y a papá, aunque sólo pasé con ellos un día, pero igual los extrañaba.

Ya han pasado cuatro largos meses desde que no los veo.

En estos meses he intentado caminar, al principio fue extremadamente difícil ya que me caía apenas quería pararme. Después de tanto intentar, por fin un día pude pararme y empezar a caminar lentamente.

Hope también lo intentó al verme a mí caminar, al principio se cayó por lo cuál la ayudé a caminar mientras la sostenía de la mano.

En esos momentos no me había dado cuenta de la presencia de la tía Rebekah hasta que sentí que nos tomó varias fotos con su celular.

Dijo que las guardaría para que nuestros padres la vieran cuando fueran ahí.

Realmente esperaba que eso pasará rápido ya que los extrañaba mucho.

A pesar de todo, ese día fue uno de mis mejores días en ese mundo, no solo aprendí a caminar de nuevo, sino que también ayudé a Hope.

A pesar de todo, ese día fue uno de mis mejores días en ese mundo, no solo aprendí a caminar de nuevo, sino que también ayudé a Hope

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¡CAPÍTULO 4!

Aquí les dejo otro nuevo capítulo de Hardin


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EDITADO
21/03/24

𝐇𝐀𝐑𝐃𝐈𝐍 ── the originalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora