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a los ojos del mundo, soobin y yeonjun son grandes amigos. de lo que no tienen ni idea, es que son una dulce pareja de novios; solo que solían guardar su amor de los ojos de los demás, quedándose así con sus tiernos momentos solo para ellos. y no mal entiendan, no es como si ocultaran su relación: era tan simple como evitar malas miradas o comentarios, no porque se sintiesen mal, sino, porque no tenían ganas de dar explicaciones o tener que lidiar con personas intolerantes. conocían la sociedad en la que vivían y la verdad, para gastar su tiempo discutiendo con personas que jamás entenderían... preferían evitar todo ello.
se daban muestras de afecto, que pasaban como "cariño de amigos" para todo el mundo. ellos no daban explicaciones, solo disfrutaban de su linda burbuja de amor.
era temprano por la mañana, se había quedado hasta tarde viendo películas. por lo que se despertaron con un intenso dolor en sus cuellos y con el rico aroma de unos waffles hechos por la madre de soobin. ella los saludó dulcemente y les dijo que la próxima no duerman en el mueble. minutos después, salieron de la casa del menor, no sin antes despedirse de la señora choi, llegaron a la parada de autobús y esperaron por este un buen rato. cuando el transporte llegó, subieron y yeonjun se quedó en la puerta para pagar por los pasajes, mientras soobin buscaba algún asiento. tuvieron la suerte de encontrar dos asientos juntos libres. el pelinegro se sentó dando al pasillo, dejando el que estaba al lado de la ventana para su bonito novio.
yeonjun llegó al minuto y una sonrisa se dibujó en su rostro, soobin se veía realmente bonito con los rayos de sol de la mañana dando en su bello rostro. tenía al novio más hermoso de todos.
—binnie, permiso —pidió el peliazul una vez salió de su ensoñación.
—no. qué flojera —respondió este soltando un suspiro y estirándose para desperezarse—. solo pasa, cariño —hizo una seña con sus manos, dando a entender que se siente a su lado.
yeonjun rodó los ojos y una sonrisita se dibujó. ¿con que no le quería dar permiso, eh?
—bueno, flojo. voy a pasar —anunció.
soobin asintió desganado. el peliazul pasó por encima del menor, dándole una exquisita vista de su redondo y gordo trasero, el cual el mayor hizo levemente hacia atrás, solo para provocar al más alto; recibiendo así un apretón en el muslo. todo esto pasó en tan solo un instante, por lo que nadie notó el extraño accionar de ambos jóvenes. finalmente, yeonjun se sentó y se mofó del menor. miró altanero a soobin, se relamió los labios frente a él y sonrió descaradamente.
—bien, con que quieres jugar... —el pelinegro acercó su boca a su oreja antes de susurrar:—. ¿qué crees que haces, yeonjun? ¿acaso quieres que te coja delante de todos aquí mismo? —el mayor jadeó y lo alejó levemente. su boca se curvó en una media sonrisa antes de abrirla.
—umh, me parece una gran idea. pero, creo que deberías aprender a ser paciente, soobinnie. ¿o acaso no puedes esperar? ¿tan desesperado estás? —se burló yeonjun y sonrió desafiante.
