Muchas cosas habían cambiado, Furihata lo sabía. Desde la derrota aplastante que le dieron a aquellos molestos americanos, todo había cambiado y no era demasiado notorio pero había cierta tensión entre sus compañeros y entre los de la generación de los milagros, no sabía cómo calificarla pero era realmente interesante.
Por ejemplo: Kagami y Kuroko parecían caminar de puntillas entre ellos, tomaban todo con pinzas para evitar cualquier confrontamiento. Todos sabían a que se debía, pero nadie se atrevía a interceder entre ellos, bueno siendo sincero, quiso hacerlo por sí mismo para ayudarles. Pero Riko se lo había impedido, le había dicho que no fuera imprudente, que ellos mismos lo arreglarían por sí mismos.
Así lo hizo, los dejo como estaban y, aunque su preocupación seguía, realmente no podía hacer nada más que ser espectador, esperando que estuvieran bien.
Todos seguían jugando de vez en cuando, partidos por mera diversión, por el simple hecho de disfrutar hacer equipos de todo tipo y competir entre ellos para ver quién era el mejor. Con el paso de los días y semanas se iba acostumbrando al aura intimidante de los milagros.
Gracias a eso había notado la tensión entre Takao y Midorima, desde el partido también habían estado un tanto extraños. Takao por su parte intentaba siempre hacer equipo con cualquiera en lugar de Midorima, incluso en partidos oficiales, se podía notar como evitaba hacer su pase especial con Midorima.
No es como si pudiera acercarse a ellos para ayudarlos a aclarar las cosas, Furihata simplemente podía observarlos de lejos, esperando que las cosas se arreglaran porque era una lástima que tan buen dúo se deshiciera por alguna razón que todos desconocian.
Otro dúo había sido el de Sakurai y Aomine, ellos no es que siempre fueran un dúo en la cancha, no tenían pases especiales o algo que los destacara como compañeros. Pero siempre había estado ese pequeño detalle en que ambos eran buen equipo, aunque no colaboraran mucho entre ellos, realmente lo hacían bien. Pero desde aquel partido, había algo raro, había una distancia aún mayor entre ellos.
Kise tal vez era el único que no tenía ese problema, pero había algo que estaba molestándole y él sí que lo decía abiertamente. Siempre se quejaba de que Kasamatsu no tenía tiempo para él, que comenzaba a evitarlo y que eso, de alguna manera, lo lastimaba.
Murasakibara y Himuro también habían tenido esa tensión, pero no se notaba, en realidad debido a la lesión del gigante. Himuro estaba muy al pendiente de Murasakibara, dándole dulces o cuidando de que tomara sus medicamentos. No había mucho cambio en su relación, aparentemente. Si se les prestaba más atención, se podía ver una cercanía especial entre ellos.
Pero quien le llamaba más la atención era: Akashi.
Nadie lo había notado, ni siquiera Kuroko y era porque tal vez él tenía sus propios problemas. Pero Furihata podía notar la mirada apagada que tenía a veces. No era siempre, porque usualmente se comportaba como todo un prodigio, inteligente, con clase, todo un joven con futuro prometedor. Nadie podría ir en contra de su palabra, porque su sola imagen imponía un gran respeto.
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Él se fue - AkaFuri
FanfictionDespués de aquel partido que tuvieron en contra de esos molestos Americanos, algo había cambiado en todos y lo sabían; sin embargo, quien más había cambiado era su capitán, aquel que los dirigía, aquel que perdieron por un tiempo y recuperaron. Sei...