16 de Septiembre

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(Por proteger tu privacidad, desde ahora serás conocida como Sam, por si algún día llegas a leer esto).


Hola:

Sabes, llevaba semanas pensando en la mejor manera de procesar todo esto, de repente escribirte cartas que espero nunca leas se me hizo la mejor idea del mundo, hacerlas en papel y quemarlas con el resto de las cosas era el objetivo principal, pero considero que sería un desperdicio y quizás demasiado contaminante. Así que heme aquí, dándote explicaciones imaginarias porque aún siento la necesidad de hacerlo, son cosas como estas las que me recuerdan porqué terminar fue la mejor decisión, claro que no fue lo más sencillo, ni lo que quería, pero si lo que necesitaba. Lo peor de todo es que cuando te lo expliqué, usaste mis razones para llamarme cobarde, inseguro, egoísta y no recuerdo cuantos adjetivos más, lo entiendo, estabas enojada y quizás intentar lastimarme te ayudaba, o yo que sé, mil y un veces te dije que sí había una persona a la cual me costaba trabajo leer cuando no era muy claro lo que sentía o lo que intentaba, era a ti, así que lo buscabas con eso y con todas tu demás acciones ese día son un misterio para mi. Aunque insisto, lo entiendo, estabas molesta, triste, herida, decepcionada; evidentemente no hice bien al quitarte la oportunidad de expresarte cuando era el momento, ya había sacado yo todo lo que me había hecho enojar y te prive de lo mismo porque sabía que si lo permitía en ese instante solo iba a perder el control de mi lengua por completo, o en el caso de ese día, mis dedos, y si hubiese llegado a decir más de lo que realmente sentía y por ende, mucho más de lo que debía,  disculparme me tomaría bastantes páginas. Así que, apuesto que cuando que cuando sacaste la carta que me leíste y apenas reaccione te hice enojar a niveles que no conocía, pero era el mismo caso, si hubiera perdido el control, como solía hacerlo para las cosas que me emocionaban, mi lengua se hubiera perdido en kilómetros y meses  de todo lo que no dijo en su momento, tanto como por el miedo como por protegerte.

Así que solo me quedé callado.

De ese día en específico solo me queda preguntarme: ¿Cuál era el objetivo de devolver todo? Aprecio que hayas venido y que me hayas devuelto mi ropa, pero ¿Todo? ¿Todas las cartas, los regalos, las flores secas? ¿Todo lo de los últimos tres años? ¿Lo que te regaló mamá, papá? Algunas cosas se volvieron tuyas, otras fueron regalos de mi familia, no míos, porque sabían que serían cosas que pudiste disfrutar o aprovechar, la cara de ambos cuando las volvieron a ver me rompió un poco, porque, aunque eras mi pareja, te vieron como debía de ser, de manera individual, como una persona y no solo como "la novia", pero bueno, quizás no lo pensaste así y solo ahí te has ganado el beneficio de la duda.

Pero ¿Y lo demás? ¿Era realmente necesario? Es lo que no entiendo, lo pudiste tirar, ponerlo en una caja de cartón, llevarlo a la basura y que siguiera su curso, en vez de eso lo devolviste con notas sobre lo que te hizo sentir en su momento y como te dolía dejarlo. Una en específico me hizo reír por la hipocresía que había en ella, tu lo sabes y yo lo sé.

La verdad es que no entiendo si lo hiciste para manipularme y generarme culpa, o porque pretendías que entendiera tu dolor, quizás las tres, quizás ninguna, si importar la razón, espero te haya dado paz. Porque a mi me trajo preguntas que quizás tuve que hacerme mucho tiempo antes, pero bueno, ahora debo buscar respuestas, o quizás paz al no conocerlas, o un poco de ambas, para estar seguros.

Cartas para mi ex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora