Capitulo 5 "Ignis Muestra su Fuerza y La Preocupación de Marisa"

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POV BRUNO

Ignis es real, es real, estoy tan feliz por eso que no pude evitar abrazarlo cuando lo vi, fue un alivio inmenso cuando me di cuenta que era real, pues hoy había llegado temprano a clases para esperarlo en la entrada, pero me desespere cuando vi como el grupo con el que Ignis vino ayer no lo incluía, me deprimí y estuve un rato así, mi mundo se había derrumbado, casi comencé a llorar y no quería entrar a la escuela, en ese momento sentí la fría caricia de la soledad que sonriendo me envolvía en un capullo de melancolía y tristeza, pero justo cuando iba a ser tragado por esa oscuridad la voz de Ignis resonó en mis oídos y lentamente gire mi cabeza solo para mirar la figura algo desaliñada de Ignis caminar sonriendo en mi dirección.

Para Ignis puede ser un evento común o tal vez sin importancia pero estoy seguro que nunca olvidare ese momento donde me di cuenta de que tenia un amigo real y no era mi imaginación jugándome malas pasadas.

Me avergüenza el haber llorado otra vez en su presencia, no me gustaría que piense que soy un llorón pero es que no pude controlar esa enorme ola de emociones de que invadió, no se la razón pero siento como si Ignis fuera hecho especialmente para ser mi amigo.

Es una tontearía lo se, Arceus no podría tomarse el tiempo para moldear al alguien solo para algo tan pequeño como ser mi amigo, pero me hace feliz el pensar así.

Cuando caminamos rumbo al aula escuche el estomago de Ignis gruñir y sin pensarlo saque uno de los panecillos que había traído hoy con la intención de compartirlos con el, le doy totalmente las gracias a mi yo de ese momento por tomar la decision de traerlos, pues resulto que Ignis no había comido nada desde ayer en la tarde, no lo dijo explícitamente en el recreo pero lo intuí por lo que me conto de lo que paso ayer con el.

No me gusto nada ver a Ignis decaído, por el poco tiempo que llevo de conocerlo se que el no es de los que se deprimen fácilmente y bueno dejándome llevar por un impulso dije lo primero que se me vino a la mente y aunque yo mismo me avergoncé de lo infantil que sonaron esas palabras a Ignis realmente le llegaron, pues se levanto con la misma sonrisa que siempre a tenido desde que le conocí. 

Luego jugamos a atraparnos fue muy divertido, realmente mi felicidad llego a un gran pico en ese momento pues nunca había jugado con alguien en mi vida, debo decir que fue mas increíble de lo que alguna vez soñé.

Pero como todo lo bueno tiene que terminar en algún momento, el recreo termino y dejamos de jugar para ir a la clase de Practica de Combates, nos perdimos e Ignis amablemente le pregunto a una Blissey por la dirección, la cual nos llevo y le agradecimos al entrar.

Apenas un par de pasos dentro del Gimnasio Mariana apareció, nunca he sabido la razón pero ella me ha odiado desde que me conoce y siempre me golpea con mucha fuerza cada vez que me ve, cada vez que la miro a los ojos puedo notar un profundo odio y resentimiento dirigido a mi en estos.

Ella reto a Ignis a una pelea, se que ella es muy fuerte, según escuche esta en el nivel 14 pero aun así Ignis la golpeo el primer día de clases, aun no le pregunto por que lo hizo, pero me alegra que lo hiciera, pues gracias a ese evento tome valor para hablar con el y para que el me pidiera ser su amigo.

Ignis acepto pero la cara que tenia en ese momento me dio escalofríos, es como si de un momento al otro Ignis dejara de ser el para convertirse en otra persona, no me gusto verlo así pero por miedo a Mariana no dije nada y me mantuve detrás de el.

Luego me sorprendió el enterarme de que Ignis estaba mas que dispuesto a pelear con ella por mi culpa, dijo que odia que amenacen a sus amigos y casi llore otra vez por eso, Ignis esta molesto y listo para defender a alguien como yo, trate de detenerlo diciéndole que ya estaba acostumbrado y pues realmente no me importaría que recibir golpizas diarias mientras Ignis siga siendo mi amigo.

Pokemon Mundo Misterioso: La Ardiente Pasión de un BlazikenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora