...Esos ojos...

8 0 0
                                    

Caminábamos juntas por la calle, Sandra me contaba lo contenta que estaba de haber vuelto, que tenía muchas ganas de salir esta noche, sin embargo, aunque la estuviera mirando mi mente volaba en otra dirección diferente a sus palabras, no podía dejar de pensar en la noche de la semana pasada,  en él , en su mirada... En sus brazos que recorrieron todo mi cuerpo, en aquella cama...y en que estábamos a 5 metros de la casa en donde todos habíamos quedado, la casa en la que unos días atrás me había entregado a él y a nuestros deseos.

Ambas subimos por las escaleras y en la puerta ahí estaba, imponente , mirándonos con una sonrisa, como si nunca hubiera ocurrido nada, pero sí había ocurrido, y cuando me estrechó entre sus brazos como siempre hacia al saludarme, todo mi cuerpo se estremeció. Pasé mi mano por su cuello para acariciar su cara con una sonrisa en mi rostro y disimular como todo mi cuerpo temblaba, pero aquella mirada seria y misteriosa hacía que todo mi mundo diera vueltas, como si estuviese en una montaña rusa.

Nuestro corto momento acabó y pasamos al salón junto a todos los demás. Yo estaba sentada con Sandra, mientras que ellos se encontraban en el sofá de enfrente. Todo era normal, un par de amigos bebiendo, hablando y riendo, como lo hacíamos siempre, incluso en ciertos momentos se me olvidaba lo que hicimos en esa casa, pero cuando nuestros ojos se encontraban, aunque solo fuese por segundos, hacía que mi corazón se agitara, me faltase el aire y que la temperatura de mi cuerpo aumentase desmesuradamente; Tenía que apartar rápidamente la mirada porque temía derretirme en ese mismo sofá ...  Y todo por unos míseros segundos.

Como una broma del destino nuestro amigo quiso bajar a comprar mas hielo y para mas broma aún, Sandra quiso acompañarlo para comprar algo de comer. Se levantaron y quedamos solos en el salón, uno enfrente del otro, sin decirle una sola palabra, pero mirándolo, con una mirada que gritaba todo y a la vez nada. Cuando escuchamos la puerta levantó su cabeza del vaso y me observó fijamente, de arriba a abajo, como si me inspeccionara minuciosamente, hasta que su mirada se clavó en la mía ... Esa mirada salvaje, ya la había visto antes, era la de un león antes de cazar a su presa, él era el león, fuerte, dominante y seguro, y yo era la presa, pero no una presa cualquiera, porque ésta presa se moría por correr hacia el león y dejarse devorar por completo. 

Sin decir nada se levantó y lentamente se dirigió hacia mí, mi cuerpo se tensó y cuando su cara quedo a centímetros de la mía tuve que tragar saliva, mientras mi mano se aferraba al sofá la suya apartó un mechón de pelo de mi rostro:

- Estás preciosa. Dijo con una sonrisa, yo no supe que responder, solo sonreí y desvié la mirada. 

Eso era lo que me provocaba, tanto nerviosismo que de mi no brotaban palabras, solo deseo de besar aquella preciosa sonrisa.

La mano que previamente posó en mi rostro fue bajando, recorriendo mi espalda hasta llegar a mi cintura, la agarró con fuerza y yo tuve que contener el aliento y mi voz para no entonar aquel leve gemido que me gritaba por dentro. Sus labios se acercaron a los míos y noté ese dulce aliento... Como el de aquella noche. Su otra mano se dirigió a mi espalda y me levantó para que me sentara encima de él, a pesar de la tensión de mi cuerpo me hacia sentir ligera, él era el titiritero y yo su muñeca, a la que con un simple movimiento de manos tenía a su merced.

Con la rapidez del movimiento mis manos se aferraron a su cuello, y las suyas fueron a parar a mi culo, me agarró fuerte y se levantó, sin desviar la mirada uno del otro se dirigió al baño y me posicionó encima del lavabo, yo le observaba mientras él cerraba la puerta y sacaba el móvil, el cual, puso en mi mano. Acercó su rostro al mío y sus ojos fueron a parar a mis labios, no pude evitar morderme, era demasiada tensión para mi, y ese leve gesto por mi parte hizo que brillara fuego en su mirada, con sus manos agarró mi cuerpo y me besó, un beso desenfrenado, suplicante ,  que pedía que lo agarrase a él también, y eso hice, con la mano que me quedaba libre recorrí con mis uñas toda su espalda, sin dejarme ningún rincón. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 25, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

5 minutosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora