La sala se encuentra lo suficientemente oscura para que nadie sepa lo que se está haciendo en ella, ninguno de los trabajadores tendría que tener el conocimiento de que dentro de la empresa se hacían cosas un tanto indebidas para ser Art Life. Una empresa de arquitectura prestigiosa en Turquía y a nivel mundial.
Pero aquí se encontraban, jefa y jefe dentro de la oficina del primer piso haciendo algo más que enfocarse en planos, métricas, edificios o flores. Porque el estar enfocándose en el placer que se podían dar mutuamente no serviría de mucho para realizar una edificación, sea del tipo que fuere.
La voz de Eda dando órdenes resonaba en toda la habitación, y los gemidos de Serkan eran bastante notorios. Tuvieron que volver la habitación insonora, y colocar un pestillo en la puerta de la oficina, para que los metidos, indiscretos y, sobre todo, algunos clientes, no los pudieran interrumpir. El cristal les dejaba ver toda la oficina desde las alturas, era de una sola vista, lo que les permitía controlar todo desde su lugar, pero nadie podía ver lo que ocurría del otro lado del cristal.
Eda paso la lengua alrededor de la oreja de Serkan dejando un leve mordisco en ella, lo que generó que la polla de éste se elevara. Se encontraba atado de pies y manos, sentado en el sillón de la oficina, mientras Eda lo rodeaba cargando un látigo en sus manos. Él, vestido de oficina, con traje, con su camisa ligeramente abierta. Ella, vestida de cuero que cubría lo justo y necesario. A Eda le gustaba llevar el control de la situación, era lo que se podía decir una dominatriz en todo su esplendor, pero Serkan no cedía todo el tiempo, también le gustaba mandar y demandar.
No era fácil decidir quién cedía el poder a quien, por lo que, las apuestas siempre eran parte de su relación, jugueteaban en las reuniones de negocios, y el que se entregaba al otro, el que perdía frente al coqueteo, se volvería el sumiso. Pero para felicidad de Eda y para su regocijo personal, Serkan casi siempre era el que perdía. Se perdía en su mirada, y literalmente, lo tenía a sus pies. Los ojos marrones de ella, eran su perdición, no podía nunca decirle que no. Aunque no se puede negar, que cuando Serkan ganaba, y era él, el que dominaba, el éxtasis era bastante alto.
Eda llevaba un arnés, bragas de color negro, usando botas del mismo color que le llegaban hasta la rodilla y una trenza con extensiones, que quedaba justo en la entrada de su culo.
El solo hecho de verla así a Serkan lo ponía y demasiado, antes de la reunión de negocios que habían tenido hoy. Eda tenía planeado ganar la apuesta, por lo que, debajo de su vestido venía vestida de esta manera, apenas tuvo un momento, le mostro lo que llevaba debajo, y el jugueteo en la oficina de reuniones, no dejo lugar a que fuera la perdedora en el juego.
Y ahora se encontraban en esta situación...
—Eda... —agita las esposas— se justa, no me puedes tener así.
—¡Calla! —le dio con el látigo en sus abdominales, haciéndolo chillar de placer. —No te di permiso de hablar.
—¡Que me sueltes! —volvió a sacudirse en vano, porque si había algo que Eda sabía, era poner unas buenas esposas.
Da un paso adelante tomándolo del mentón, mirándolo con ira, y si algo sabíamos, no hay cosa que ponga más cachondo a Serkan, que Eda enojada.
Eda se abre de piernas sobre él, mientras lo toma del nacimiento del cabello. Él no se controla frente a la situación e intenta darle un beso, y cuando siente que va a cantar victoria porque ella comienza a ladear su cabeza, simplemente le muerde el labio.
Serkan alza la pelvis para que ella pudiera sentir como la polla le estaba palpitando dentro del pantalón y que, en cualquier momento, podía eyacular con la imagen que le estaba regalando. Ver a Eda en posición dominante en el trabajo era una cosa, pero cuando las ordenes se las daba a él, lo ponía aún más.
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Evet, Señora
FanfictionFue ver sus ojos y no atreverme a decir que no. Y aunque hubiera querido decirlo, no me lo hubiera permitido. La lucha de poder entre dos dominantes puede ser bastante caótica, excepto cuando ambos ceden al placer y se atreven a decir sí. Los person...