Real Doll

Capitulo Único

‘’Hombre con gustos peculiares’’, esa sería una buena descripción para Louis, tanto que a sus treinta y cinco años no había podido sostener una relación con ninguna persona. La verdad era que el hecho de que fuera homosexual tampoco ayudaba, aún existiendo más chicos pasivos, que activos, estos preferían a los chicos altos, y no es que Louis fuera bajo, porque su altura era promedio, más bien era que la mayoría de ellos esperaba el típico estereotipo de hombre alfa y aunque de hecho hubo un tiempo en que reflexionó al respecto su sentir insuficiente, claramente superó todo aquello porque él es Louis Fucking Tomlinson y nadie podía apagar su luz tan solo con comentarios fuera de lugar.

Su lado afectivo era un problema aparte, ya que no se sentía satisfecho solamente con algunas sesiones de sexo. Si hablamos de eso, sus ex compañeros sexuales dejaban bastante que desear, pero claramente se consideraba un hombre decente y se guardó su opinión para sí mismo, ya que ellos eran abiertos a ciertas posibilidades, lo malo venia cuando esperaban que él se acoplase a su placer sin entregar nada a cambio.

Louis necesitaba un amante que de verdad viera por su placer o por lo menos con quien cumplir sus fantasías retorcidas.

No debería ser tan difícil.

Suspiró al caer de lleno en el sofá y encendió su Smart Tv; cambiaba los canales levemente esperando que algo llamara su atención.

Real Dolls puede personalizar hasta el más, mínimo detalle.

Con los cuerpos listos para ser convertidos en el muñeco que alguien soñó. Están hechos de silicona y se sienten suaves y frescos al tacto.

Donde los géneros no importan y los clientes pueden elegir todo, desde el tipo de cuerpo, más o menos voluptuoso, hasta el tamaño de los senos, pene y testículos, el tipo de pezón, el cabello, la vestimenta, etc.

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Una de las cejas de Louis se deslizó hacia arriba denotando su interés por aquel comercial. Su sentido común le decía que era extremadamente patético, pero vamos, en ese punto la abstinencia le respiraba en la nuca, se encontraba a un paso del celibato.

Su postura fue cambiando en señal de reflexión, memorizó el número, prosiguiendo a analizar su compra.
Los pros eran muchos y los contras solamente eran moralistas de acuerdo a lo que la gente pudiera decir si se enteraban, que más daba, si a Louis la opinión de los demás en ese aspecto le valía unas treinta hectáreas de verga.

No lo pensó demasiado, simplemente marcó los dígitos en el teléfono.

[…]

No muy lejos de ahí, Harry se cansó de gritar dentro de la caja de madera, entendió que era más simple aguardar a que sus atolondrados amigos decidieran dejar de mover la caja y abrir para que pudiera golpearlos hasta cansarse, al menos los malditos dejaron unos huecos para no morir por la falta de oxígeno. Quizá debía meterlos a todos juntos en una caja y enviarla a Timbuktú, si, eso sería muy divertido.

¿Por qué Harry se encontraba en una caja tratando de reprimir sus ganas de matar a sus mejores amigos?

Bueno, todo comenzó cuando ellos mencionaron que se encontrarían en un lugar especial por su cumpleaños…

—Escuchen, esto es lo que haremos, una vez que Harry aparezca lo meteremos dentro de una de las cajas, lo dejaremos ahí unos minutos, luego todos se esconden y salen con sus disfraces para asustarlo, también preparamos música de suspenso por si acaso. — Evan puso la máscara de hockey sobre su rostro.