until we meet death

1. Esperanza

Londres, Inglaterra

10:00 AM

18 de abril del 2021

Era una mañana nublada en Londres. Las ventanas del hospital se veían levemente empañadas, algo que, personalmente a Louis le encantaba. Amaba ese tipo de clima, le daba tranquilidad. Dentro de su agitado horario de trabajo siempre buscaba tiempo para tomar un café en la terraza y de esa manera poder admirar un poco la vista de Londres.

Se encontraba caminando por los pasillos del hospital, hoy era un día relativamente tranquilo. Se sentía feliz, realmente feliz, uno de sus pacientes más graves estaba reaccionando de manera positiva al tratamiento. Sus pacientes eran una parte muy importante de su vida y de cierta manera les tomaba cariño, lo que algunos dirían, era una actitud poco profesional, pero no es que le importara.

Dado que el día parecía tranquilo no tenía mucho que hacer a menos que ocurriera una emergencia, que de verdad esperaba no ocurriera. Su plan por ahora era completar su ronda y luego pasarse por la sala de urgencias para ver a Liam o en caso de que fuera necesario, ayudar en algo. Dios sabía que no le gustaba quedarse quieto.

—Buenos días, señor Chester —dijo mientras ingresaba a la habitación —¿cómo se encuentra hoy?

El señor Chester era un señor de la tercera edad, un anciano muy lindo y que por alguna razón se creía comediante, pero a Louis le gustaba, alegraba un poco el piso con sus chistes malos.

— Louis querido, ya te habías tardado en venir, estaba a punto de mandar a una de las enfermeras por ti —dijo mientras sonreía —¿No la puntualidad viene incluida en todo eso de ser cardiólogo?

—No hasta donde sé, sino muchos de mis colegas se abrían ahorrado algunos problemas. Además, no pude haber tardado más de 10 minutos —el señor Chester solo soltó una pequeña risa ante el comentario del cardiólogo.

Después de eso Louis empezó a trabajar con el sonido de la televisión de fondo. Realmente no estaba poniendo atención a lo que se anunciaba, demasiado concentrado tomando los signos vitales del paciente. Es por eso que cuando el señor Chester le hablo se mostró tan confundido.

—Es bastante triste, ¿no crees? —dijo apuntando a la televisión. Louis frunció el ceño un poco confundido, sin entender a lo que se refería el anciano.

Cuando volteo a ver, no pudo hacer otra cosa más que asentir. Eran las noticias de esta mañana, otro cuerpo había sido encontrado en un parque en Brixton. Era el segundo este mes, pero Louis había perdido la cantidad real de cuerpos hace un mes o tal vez dos. Ya no era un secreto, todo el mundo lo sabía, había un asesino serial en Londres.

El primer cuerpo fue hallado a principios de enero, después de eso no habían parado. Siempre mujeres, siempre en condiciones deplorables. Posiblemente habían pasado un infierno, siendo torturadas en límites que Louis no podía ni imaginar que un humano podría hacerle a otro ser humano.

Él como médico sabía cuanto debieron de sufrir esas mujeres.

No sabía mucho, porque aunque él había tratado de seguir la investigación, la policía trataba de soltar la menor información posible al público en general. sabía que era lo mejor para la investigación, pero dios, le frustraba no saber.

Había estudiado medicina por la idea de salvar vidas, porque valoraba la vida humana. El ver que esto estaba sucediendo en su ciudad le arruinaba por completo su humor. Esta casi en la naturaleza del ser humano sentir un poco de curiosidad por este tipo de cosas, él lo sabía de primera mano, era de las personas que amaban ver un documental de algún asesino en serie o escuchar algún podcast. Ahora sentía que lo había manifestado... y vaya que lo lamentaba, esto de todas las cosas, no era lo que quería que el universo escuchara.