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Narra Grecia Evans

—Entonces te avisaré para ir a ver una universidad —me sonríe

Yo, asiento emocionada, me animo mentalmente para decirme que puedo hacer esto, puedo volver a ser una persona común. Y lo seré

—Te llamaré luego— dice —Adiós Grecia

—Gracias. Adiós Fabián

Me adentro en el hotel y al llegar a la entrada volteo, y él sigue viéndome, me adentro en el lugar y a través de las puertas de vidrio veo como se sube a auto y se va

Veo el reloj de la recepción y es casi media noche, entro al ascensor y presiono el botón del piso en el que está la habitación

Salgo y me encamino a la puerta, entro en la habitación y dejo mi pequeño bolso en un sofá y veo la habitación entera. La cama, vacía, el baño, en silencio

Busco a mi mamá con la mirada y no la encuentro, dijo que se sentía mal pero ¿A dónde pudo haber ido?

—¿Mamá? —entro en el baño

Voy a la terraza y no hay nadie

—Mamá ¿Dónde estás?

Es prácticamente media noche, mi madre dijo que se sentía mal, no creo que halla salido

Me siento en la cama y tomo el teléfono de la habitación, marco el número de recepción y a los segundos contestan

—¿Hola? —habla una chica

—Hola, Soy Grecia Evans de la habitación 107

—Dígame. ¿En qué puedo ayudarle? —escucho como suelta un bostezo

—Mi madre no está, ¿Sabe a dónde pudo haber ido? Su nombre es Elena Evans

—La señora salió...yo diría que una hora después de usted. Pero salió sin decir nada

—Está bien, gracias, buenas noches

—Hasta luego

Corto la llamada, y me levanto de la cama. Voy hacia la puerta, tengo que buscar a mi madre

Abro la puerta y veo a mi mamá apunto de abrirla con la tarjeta de la habitación

—Mamá —ella me mira y sus ojos denotan sorpresa. Está vestida como si hubiera ido a correr

—Hija... Volviste temprano

Entra y cierro la puerta para ir detrás de ella

—¿A dónde fuiste? ¿No era que te sentías mal? —me pongo frente a ella

Se sienta en uno de los sofás y se quita los zapatos, suspira y la noto ¿Nerviosa?

—Mamá —me arrodilló frente a ella —¿Qué sucede?

—Fui a caminar Grecia —dice cortante

—¿Y estuviste más de 4 horas caminando? —dije incrédula

Ella me mira y está tensa.

—Si. Grecia, camine muchas horas y ya. ¿Acabas de llegar? —Asentí —¿Cómo te fue?

—Bien —dije viéndola insegura —Mamá — tomé su mano —De verás ¿Todo está bien?

—Si cielo, vamos a dormir —besa mi frente y me abraza fuertemente

Narra Fabián Hoffman

Las ganas de besar a Grecia estuvieron a punto de ganarme. Pero debo mantener la postura ante esos impulsos, ella es solo mi prometida por contrato, y pronto será mi esposa por contrato. Es solo una relación falsa

Hoy aparentamos ser pareja, no se que le dijo a mi madre y Alana, pero creo que las convenció de que estamos juntos hace meses

Mi teléfono suena y lo contesto sin ver quién es

—Hola Fabián —escucho la voz chillona de Gabriela

—Hola Gabriela —digo mirando la hora en la pantalla —¿Qué necesitas a esta hora?

—Ay, que amargado estás amor. Pero ya qué preguntas ¿Podrías venir a recogerme?

—¿Dónde? Y ¿Para qué?

—Mmmm, me recojes y vamos a mi departamento ¿Qué dices? —sola una educación tonta, su departamento está junto al mío

Con alguien tengo que matar las ganas, Y quedé con ganas de besar a Grecia y ya que no puedo...

—Si, ¿Dónde estás?

Escucho como ríe del otro lado de la línea y suspiro

—Estoy en el bar que está cerca de tu oficina

—Voy hacia allá —cortó la llamada sin más

Conduzco hacia el bar y visualizo a Gabriela hablando con un chico, este la toma de la cintura y ella ríe. Me aparco frente a ellos y ella nota que es mi auto por qué se separa del chico rápido y le dice que se vaya, lo cual él hace.

Sería bueno que tuviera novio, de esa forma dejaría de llamarme

—Hola Guapo —Se sienta en el asiento de copiloto

—Hola Gabriela —arranco

—¿Dónde has estado estos días? —dice haciendo puchero

En eso momento se ocurrió una idea que quizá me serviría de mucho

—Estuve en Los Angeles —sonrío de lado

—Uhhhh ¿Negocios? —dice coqueta

—No.

—¿Entonces?

—Fuí a pedir la mano de mi futura esposa —al decir eso toda sonrisa se va de su rostro, regresa su vista a la carretera sin decir nada mientras yo río internamente

Detengo el auto frente al edificio y ella se pone a horcajadas sobre mí, por instinto pongo mis manos sobre su cadera y ella acaricia mi cabello

Besa la comisura de mis labios y muerde el inferior de estos

—Entonces...serás un hombre casado eh?

Asiento

—¿Me acompañas adentro?

Abro la puerta y bajo detrás de ella, cierro la puerta de mi vehículo y la sigo. Entramos en el edificio y al subir al ascensor y la acorraló contra la pared, beso su boca con deseo y desesperación. El beso es rápido y ardiente

Las puertas del ascensor se abre y sin separar nuestros labios, llegamos a su puerta y ella abre está, beso su cuello mientras ella abre la puerta

Entramos en el departamento y entre besos llegamos a la habitación, la tiro en la cama y sobre ella beso su cuello mientras bajo su el cierre de su vestido

Quito su vestido dejándola en ropa interior

—¿Sales sin sujetador eh? —sonrió sobre su cuello

Ella quita los botones de mi camisa y toca mi abdomen sin descaro, juego con sus bragas mientras ella jadea. Me separó de ella un poco y le indico que me quite el cinturón

Lo hace y me libero de mi pantalón y ropa interior dejando libre mi erección, ella se levanta quedando encima de mí. Abre la gaveta de la mesita de noche y saca un preservativo, me lo da y lo uso. Una vez listo se hunde en mi haciendo sus movimientos rápidos con cada gemido suyo...

Solo un rostro llega a mi mente en ese momento

Grecia

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