Lindo Cenicienta

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2.- Baile de máscaras.


8 pm. El baile Real da inicio.

Con motivo de celebrar al príncipe Daeyeol en su cumpleaños, el castillo abrió las puertas, organizó un gran banquete e invitó a toda la aldea al baile Real.

El único requisito, es portar un antifaz y nunca quitárselo.

El príncipe es un joven curioso y alegre. Y su deseo de cumpleaños es bailar con los pobladores sin que sepan que es el príncipe, quiere ser tratado como un aldeano más.
Así que el mismo hizo su máscara y le quito todas las insignias reales a su traje.

Daeyeol caminaba por la pista disfrutando de las risas que las personas soltaban y de lo feliz que se veían algunas familias.
Hasta que su mirada se encontró con un lindo antifaz rosa.

La máscara de aquel chico era adorable, tenía diamantes artificiales por todos lados y hacía juego con su traje.

Con confianza, el príncipe se acercó y le extendió la mano.

— ¿Podemos bailar?

El chico negó ligeramente, estaba nervioso y no podía dejar de mirar el reloj.

— ¿Hay algún problema?

El de antifaz rosa señaló el enorme reloj del castillo.

— Casi es el toque de queda.

Daeyeol sonrió.
— Descuida, hoy, por ser cumpleaños del príncipe no hay toque de queda.- Habló acomodando el risado cabello contrario.—Incluso los guardias están disfrutando de la fiesta.

El chico, que ahora parecía más tranquilo, lo observó y tomó la mano que hace tiempo estaba extendida.

— Lindo cenicienta, tu antifaz es hermoso.- Dijo mientras caminaban hacia el centro, donde la música se escuchaba bien.

— Gracias, el tuyo también es muy lindo.

Daeyeol sonrió agradecido.

Ambos parecían entenderse bien, el baile fluyó de forma tan perfecta que siguieron una pieza más.
Los demás invitados los miraban asombrados por lo armónico de sus movimientos, pero ellos sólo miraban el antifaz contrario.

— Es una lástima que debas irte.- Dijo el príncipe mientras se balanceaban en un vals.— Hiciste de la noche algo mágico.

El de cabello risado no logró ocultar su sonrojo a pesar de la máscara.

— Sé que va contra las reglas del baile, pero ¿puedo ver tu rostro?

Daeyeol negó.

— Te buscaré, y espero que aceptes volver a bailar conmigo.

El contrario asintió con una ligera risa.

La música terminó y Daeyeol lo llevó hasta la salida.

— ¿Cómo me encontrarás? El pueblo es gigante.

El príncipe apretó los labios y quitó un listón de la manga izquierda de su acompañante.

— Preguntaré a quien pertenece, y le debe quedar perfecto.- Respondió confiado.— Además, tu también sabrás que soy yo.

El chico bajó la cabeza con timidez.
— Lo haré.

Ambos se despidieron con una sonrisa y esperando volver a verse pronto.
Daeyeol lo prometió, como príncipe no puede permitirse dejar una promesa vacía.

Regresó al castillo y vio el listón en sus manos. Definitivamente encontraría a ese lindo chico con antifaz rosa.





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