Jimin atravesaba los pasillos con rapidez. En sus manos, llevaba envuelta la caja de almuerzo que había preparado aquella mañana. Sabía, por su madre, que a Kook le agradaba la carne, así que, desde temprano, se había dado a la tarea de preparar distintos guisos de cerdo para darle a Jeon.
Era diestro en la cocina. Desde pequeño le habían enseñado lo básico, y conforme fue creciendo, habría terminado por ser requisito indispensable en su formación como omega. Y probablemente no era por presumir, pero la comida le quedaba realmente bien. Jimin podía jactarse un poquito de eso. Él tenía todas las buenas cualidades de un omega: cocinaba, limpiaba, y por lo general, era bastante bueno con el tejido. Tenía muchos gorritos de lana confeccionados por sí mismo. Quizá, después, haría alguno para Jeon, si es que podía descubrir cuál era su color favorito antes del día blanco.
Sus pasos se detuvieron en el exterior del salón del alfa.
Aquel colegio era mixto, sin embargo, los omegas tomaban las clases por un lado muy distinto al de los alfas. Era una última manera de proteger las especies, pues lo que menos se quería, era que hubiese incidentes no deseados por los pasillos. Y con incidentes, se referían al acoso hacia los omegas.
Sin embargo, Jimin podía atravesar los pasillos, porque justo sobre su cuello, descansaba el pequeño frasquito que contenía un par de gotitas de sangre de su alfa. Y sí, ello bastaba para que su olor dulce terminase envuelto por el fuerte aroma a café. Era como un anillo de promesa: con ello un omega le señalaba al resto del mundo que, estaba por unirse a su alfa, y por supuesto, todo acercamiento estaba prohibido.
Las reglas eran estúpidas. Realmente, eran objetos, no personas, y Park siempre había detestado aquellas imposiciones de la sociedad. Pero bien, todo aquello ya no tenía siquiera peso en su sistema, porque él mismo había comenzado a aceptar al alfa que le habían elegido. Seguramente, su yo de hace unos años, estaría reprochándose de haber llevado comida recién preparada para un alfa, y más aún, el colocarse el tonto collar mientras vestía de colores pálidos como el abrigo tonalidad melón que llevaba puesto.
Dios Lobo. Definitivamente, debía odiarse por completo.
Apretando los labios, Jimin había terminado por ponerse de puntitas, buscando la melena negra que tan bien conocía. Y sí, justo al final de la hilera de asientos del salón concurrido, pudo notar a Jungkook, platicando cerca de otro alfa de cabellera castaña. No había notado su presencia, en comparación de los demás alfas que ya habían comenzado a abandonar el aula, pues hacía unos minutos que el profesor salió del lugar.
Jimin esperó con paciencia a que el salón acabase de vaciarse, mientras observaba a Jeon acomodar las cosas en su mochila. Al menos el alfa parecía entretenido, mientras charlaba algo que el pelirrosa no podía escuchar desde su lugar.
Reteniendo el aire en sus pulmones, Jimin finalmente notó el instante en que el pelinegro emprendió su marcha hacia la salida; sin embargo, apenas fue capaz de reparar en su presencia, este se detuvo de manera abrupta.—Jimin —soltó el de cabello negro mientras le tomaba de la mano, alejándole con suavidad del alfa castaño que llevaba apenas unos pasos atrás—. ¿Qué haces aquí? No deberías estar aquí.
Con una sonrisa en sus labios, el omega no pudo hacer más que negar con suavidad, mientras le mostraba al alfa la pequeña caja de almuerzo que llevaba consigo.
—Preparé algo para comer. Sé que te gusta comer cerdo. Mamá me dijo que....
—No tengo hambre, Jimin.
El omega se quedó en silencio durante un instante, mientras sus dedos apretaban con fuerza la pequeña caja plástica que sostenía entre estos. Había un atisbo de algo a lo que no le pondría nombre. Jimin pudo perderse un instante en la oscuridad de los ojos del alfa, buscando el brillo que apenas unos días atrás, había sido capaz de contemplar. Pero encontró solo un vacío abismal, que casi le robó el aliento.
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He used to be my omega | Kookmin
Fanfiction➤ Él será tu futuro alfa. Para Park Jimin, el día en que fue presentado ante Jeon Jungkook como su futuro omega, fue sumamente feliz. Jeon Jungkook parecía ser un alfa comprensivo, amable y dispuesto a cuidar de su persona. Sin embargo, las aparie...