Capítulo 2

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A la mañana siguiente, los rumores comenzaron a rondar por la Aldea central. Presuntamente, alguien había incendiado uno de los templos de un guardián. Era raro, pues no había un anuncio oficial sobre eso.

Esto confirmaba que un aldeano era el responsable, y más fácil aún, uno de la Aldea central, ya que era la civilización más cercana, y el hecho de que la noticia se esparciera tan rápido significaba que había involucrados libres.

Aun era temprano, pero eso no impidió que Steve se lavantara con todos los ánimos del mundo.

Por su lado, Herobrine seguía en un profundo sueño, y su sobrino decidió dejarlo descansar hasta que su superior quisiera. De igual manera, su tío no tenía trabajo ese día, así que no había prisas por despertarlo.

Ese no era el caso de Steve, por su puesto. Él tenía muchos pendientes, y debía empezarlos lo antes posible.

Su padre aún no llegaba de a dónde fuera que haya ido la noche anterior, pero eso no le preocupa a Steve, después de todo, era su padre, uno de los creadores, y el primer guardián. Era extraño, sentía algo raro en su estómago.

Normalmente la idea de que algo malo pasase no cruzaba nunca por su mente, era algo nuevo, y era desagradable. Si, Steve había estado en muchos accidentes antes; gente ahogandose, pequeños incendios en granjas o construcciones, o que de vez en cuando alguien se caía de un lugar alto, pero no lo suficiente como para morir y respawnear.

Sin embargo, el incidente de ayer lo traía alerta. ¿Y si también quemaban alguno de sus templos? ¿O alguno de su padre?

No es que estos templos fueran muy importantes fuera de reuniones, fiestas u ofrendas, nisiquiera era tan importantes como el templo que alguien incendió para su tío, pero ahí estaba, una preocupación por la seguridad de los edificios, no solo los templos, si no también de las casas y demás estructuras de la Aldea.

Ese día tenía muchos pendientes banales, pues por lo general su padre era quien se encargaba de los trabajos pesados, así que decidió posponer un poco sus tareas para investigar.

Decidió primero ir al pueblo, tenía poner un aviso oficial sobre el incendio.

Llenó unas hojas de informe rápidamente y tomó un par de clavos de metal, junto a su hacha favorita, para pegar el informe en el tablón de la plaza principal.

Una vez ahí, no notó nada fuera de los normal, más que algunos caballos pastando libres en medio del lugar.

No había personas en los alrededores, y haciendo memoria, eran pocos los caballos salvajes que rondaban cerca de la Aldea, así que los caballos que estaba viendo debían de tener dueño, más que nada, y quizás por obviedad, porque todos tenían monturas.

Steve se acercó a los animales con normalidad, cuando uno de estos lo vió y relinchó, alertando a los demás caballos, haciéndolos correr hacia distintas direcciones.

-¡Oye, espera!... sopas, esto es raro...- Dijo Steve para si mismo.

Los caballos, fueran salvajes o domados, eran criaturas pacíficas que no se alertaban por nada, nisiquiera por el fuego. A veces, a causa de un ruido fuerte podían alterarse, pero no lo suficiente cómo para salir corriendo en una dirección aleatoria. Entonces, ¿Porqué parecía que habían escapado en cuanto vieron a Steve?

Se dirigió al tablón de anuncios para pegar el informe, pero al revisar su bolso notó que la hoja ya no estaba. Debió de haber sido debido a los caballos, quizás con todo el viento que hicieron la hoja se cayó y con el polvo no la vió. Raro, pero de alguna forma tenía que explicar la desaparición de la hoja.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2022 ⏰

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