A todxs mis lectorxs; lamento de antemano lo que están a punto de leer.
—Joven, baje del auto.
—Estoy bien aquí, gracias.
—¿Disculpe?
Louis rueda los ojos, a pesar de que los lentes de sol los cubren. Es predecible, todo acerca de la patrulla siguiéndolo y su protocolo. Lo aburre. Un tipo de estrés que simplemente no está dispuesto a tolerar—. Mire, podemos arreglar esto fácilmente.
—¿A qué se refiere? —El oficial frunce el ceño y retira una pequeña libreta de su pantalón—. Muéstreme su licencia, por favor.
Predecible. Monótono. Louis mueve su pierna derecha de arriba a abajo, tararea y decide que es suficiente. No ha dormido por más de tres horas.
Mhm.
El detenido en cuestión saca unos cuantos billetes de su bolsillo derecho—. Por supuesto —dice mientras le entrega el dinero sutilmente.
Este recibe el soborno y pasa el pulgar por su lengua para empezar a contar con cuidado—. Doscientos, trescientos... —Analiza los billetes y luego suelta una carcajada—. No debes ser muy listo, ¿no? Estos son trescientos dólares, no su licencia. —Arroja el dinero con despreocupación.
Louis ve los billetes caer a un charco de lodo tan rápido como un suspiro sale de sus labios.
Mira la pequeña placa en el uniforme del policía y encuentra su nombre: Richard.
—Ábrame la capota, si es tan amable.
—Cuidado, que apenas he cumplido diecinueve.
—Estoy a un segundo de ponerle una multa.
Se muerde la lengua. No puede decir lo que está pasando por su cabeza, sería una mezcla de gritos e insultos. Y no puede...
No. No puede.
—Bien. —Suspira, apretando el botón. La capota se levanta lentamente.
—Chicos, revisen su maletera —dice Richard hacia sus compañeros.
—Sí, jefe.
Los dos muchachos revisan el contenido dentro de la maletera. Cosa Uno y Cosa Dos. Louis jura que caminan como si tuvieran un palo en el culo.
El que se parece a Willy Wonka suelta un grito ahogado, sin embargo. Hay tres bolsas considerablemente grandes llenas de... polvo blanco.
—Sí, esto es cocaína.
Son dos cerebros que piensan como el cuarto de uno. Son dos cabezas con arena dentro. Louis gime de frustración. Imposible.
—Juro por la mierda que no es cocaína.
—Hey, no jures mi nombre en vano.
—¿Qué?
El más joven de los policías se pone pálido—. Nunca había visto tanta droga en mi vida. Ni siquiera sé...
—Miren, sé que no sueno muy creíble, pero eso no es droga. No lo es.
—¿Qué es, entonces?
—Harina.
—Es un delito mentirle a la autoridad.
—¡Pueden probarlo ustedes mismos!
—Es un delito drogar a la autoridad sin su consentimiento.
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No, nothing good starts in a getaway car | Larry | One Shot
FanfictionLouis decide que hoy la gente simplemente decidió fingir demencia. De otra manera no habría terminado prófugo de la policía por llevar harina en la maletera. Y no habría aparecido un extraño de mejillas rosadas en el asiento trasero de su auto (el c...