KRONE

I

Las puertas de la casa que les pertenece mis padres en Londres se abrieron dando paso al gran recibidor con floreros y estatuillas blancas en sus respectivos aparadores, los grandes y brillantes candelabros tan brillantes como siempre, los detalles tallados a mano en cada pared y piso, el aroma a madera con un ligero toque de lluvia fresca, me gustaba el hermoso azul claro que tenían las paredes, había cuadros de paisajes y la familia, eso era bello de alguna forma, era agradable regresar a ese lugar que consideraba hogar, cerré los ojos y me permití disfrutar de esa casa por un momento antes de que mis padres entraran.

Con delicadeza me fui quitando los guantes viendo mis dedos, aquellos que no me gustaban del todo, eran diferentes los unos de los otros.

— Fuiste asombroso, cariño — mi padre tomó mis manos para llevarme hasta el inicio de las escaleras.

— Gracias — pedí a mi persona de compañía que me quitara la tiara con plumas que comenzaba a cansarme.

— Ahora tenemos que prepararte, mañana los Drupstran darán la primera fiesta de apertura, así que tendremos que ir a dar los últimos ajustes a tu atuendo, me dijeron que están listos todos los nuevos trajes que usaras los siguientes días, mande a que apretaran un poco más la cintura como me lo habían recomendado — mi padre se paseaba de un lado a otro — según tengo entendido, esa figura delicada es lo que los alfas buscan — yo solo permanecía en mi lugar admirando el recibidor donde crecí algún tiempo en mi vida.

— Claro, pero antes quisiera subir y refrescarme, así que los dejo, gracias por acompañarme este día — comencé a caminar a donde sería mi habitación.

— Te avisare cuando debamos irnos, descansa, querido.

No tome importancia y seguí subiendo, ya en mi habitación y con ayuda me quite el traje blanco con dorado que habían elegido para mi, era hermoso, pero algo incómodo, ahora solo quería descansar un poco, quizá dedicarme a algo para mantener la mente ocupada, como aprender algo, seguir con mis estudios, leer un libro, no lo sabía, pero algo tenía que hacer para entretener mi mente.

— Señorito Jimin — vi a uno de mis acompañantes acomodar entre sus brazos la ropa que había usado — ¿gusta almorzar algo? — negué poniéndome la ropa que usaba en casa.

Era un bonito conjunto lila con un corsé blanco, tenía un moño grande que se acomodaba en mi cuello, el chaleco del mismo color del traje que tenía un hermoso encaje a detalle en toda ella de distintas flores de tonos crema, como si fuera parte de una obra de arte en oleo, me veía bonito.
Me quitaron un poco del maquillaje que llevaba para hacerlo más natural, acomodaron mi cabello dejando que los hermosos rizos castaños naturales tuvieran protagonismo, sin olvidar de colocar un broche con pequeñas amatistas. 

— Listo, señorito Jimin, ¿necesita algo más?

— Es todo por el momento, Andrew, te lo agradezco mucho — sonreí.

Hizo una reverencia para después dejarme en la soledad de mi habitación, estaba agotado mentalmente, con ganas de desaparecer por unos días a un lugar tranquilo para poder respirar, eso era lo que necesitaba, un descanso de estar bajo el cuidado de un duque que quiere casarme en mi primera temporada.

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Hoy era un gran día, o más bien, una gran noche, la cual estaba asomándose en el horizonte de nuestra bella nación, yo por otro lado estaba siendo atendido por mis donceles y doncellas mientras terminaban de dar los últimos retoques para mi imagen de esta noche, más porque hoy era mi primer baile en la primera fiesta de la temporada, dada por los buenos señores Drupstran, y por lo que sabía, no escatimaban en gastos, por lo que sería algo enorme.