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Cuando lo llamaste para decirle que estabas enferma y el mismo se ofreció a cuidarte y poder pasar más tiempo con su linda novia, no pensó que eras tan.....

Caprichosa.

— ¡Cómetelo maldita sea! — si, ya estaba cansado.

— ¡Que no! ¡Tu cocinas horrible! ¡Me vas a envenenar e intoxicar, maldito mocoso! — cabe destacar que tenías una espátula en la mano, que dios sepa de dónde la sacaste ya que estaban en tu habitación.

— ¡La que cocina feo eres, tú niñita buena para nada! — juraría que si pudiera te patearia el culo por pendeja, pero aunque te comportarse mal...

Seguías siendo su novia.

Y te amaba.

— ¡Prueba, y ya! ¡Si comes yo como! — inflaste tus mejillas mientras aún lo apuntaban con la espátula, Tomura ya cansado se metió la primera cucharada a su boca escupiendola en el proceso.

— ¡Ves que sabe feo! — se jacto.

Tenías razón... ¡Pero no te iba a dar el lujo de burlarte!

— ¡Estaba caliente! ¡Pero sabe bien! — mentira, sabía mal, y tú lo notaste por la mueca que tenía

Tomura era infantil y no le gustaba perder, tú eras igual.

— ¡Mentiroso!. —

.
.
.
.
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Y ahí se encontraba cortando frutas, su novia tenía que comer, y aunque el no le gustaba que lo contradigan y fuera terco no le iba a dar una comida tan de mal sabor a su novia.

Quien ahora estaba sentada en la isla con una sábana cubriéndola por completo, una sudadera que era de Él.

— Sabes qué estaba asqueroso. Cuidado con las frutas, no vaya a ser que las pongas de mal sabor.  —

— Las frutas no se pueden poner feas. —

— Todo lo que caiga en tus manos se pone feo. —

— ...

— ...

— ¡Yo no soy fea, Tenko! ¡Soy la excepción! ¡Olvídalo...! ¡No te rías!

𝘌𝘯𝘧𝘦𝘳𝘮𝘢  ̄ ̄ ̄ 𝘛𝘰𝘮𝘶𝘳𝘢 𝘚𝘩𝘪𝘨𝘢𝘳𝘢𝘬𝘪 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora