𝖳𝗋𝗂𝗌𝗍𝖾 𝗋𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 ☂︎

14 3 0
                                    

La navaja se clavaba en su carne, como si fuera mantequilla, la sangre brotaba sin parar, él seguia manteniendo su sonrisa.

Dirigió su vista a sus amigos, a los fundadores de la ToMan, vio el cielo, y comenzó a caer.

Chifuyu no sabía lo que hacía, estaba en estado de shock, pero su cuerpo como si trabajará mecánicamente, salió corriendo, bajaba de la pila de autos a toda velocidad.

— BAJI-SAAAAAN

Siguió corriendo hasta que llegó al cuerpo del pelinegro.

Entonces lo tomo en sus brazos.

— Baji-san — Susurro el rubio.

Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, convirtiendo su mirada en un azul cristalino.

— ¿¡ Porque!?

Takemichi se acerco en dónde se encontraban.

Keisuke le había pedido que se acercará, le estaba diciendo que Kisaki era el verdadero enemigo, le costaba respirar, sus palabras salían entrecortadas y sin aliento.

Los ojos de Baji comenzaron a llenarse de lágrimas.

— Baji-san — Volvió a decir Matsuno.

Pachin, Mitsuya, Draken, Mikey, Kazutora y tú Chifuyu, son mi mayor tesoro Dijo Baji, las lágrimas comenzaban a caer, tan sigilosas y lentas.

Takemichi estaba llorando.

Keisuke comenzó a decirles que el mismo había ocasionado su propia muerte y Mikey no tendrían porque vengarse.

— Me queda poco tiempo... — Decía — Comienzo a alucinar.

— Mikey y la ToMan.... Quedan en tus manos.

Hanagaki comenzó a negarse, mientras las lágrimas caían de su rostro.

— Chifuyu.... — Susurro el pelinegro.

— ¿Si?

Mataría por un poco de yasisoba Peyoung...

Eso llevaba la mente de Chifuyu al pasado.

Ellos dos en las escaleras del edificio, mientras Baji leía un manga y él comía yasisoba Peyoung.

— Chifuyu, me das un poco — Pidió el pelinegro.

— Claro, pero no te lo comas todo — Advirtió el rubio, mientras le daba la soba instantánea a Keisuke, y al mismo tiempo le quitaba el manga de las manos.

Matsuno se había quedado leyendo cuando iba por la mitad recordó su comida, entonces dirigió su vista a Baji, que solo tenía el envase vacío.

El rubio agarro el manga y comenzó a darle en la cabeza al pelinegro como si él mayor fuera un perro, mientras le gritaba.

— TE DIJE QUE NO TE LO COMIERAS TODO.

Keisuke solo reía con lo que hacía Chifuyu.

Desde ese día era como una tradición para ellos compartir la yasisoba Peyoung o otras comidas.

— Iré a comprar enseguida — Dijo Matsuno en el presente.

— Lo vamos a compartir, ¿No?

Chifuyu ya no resistió más, y las lágrimas comenzaban a escapar de sus ojos, convirtiéndolos en un cielo lluvioso.

𝖲u ú𝗅𝗍𝗂𝗆𝖺 𝗌𝗈𝗇𝗋𝗂𝗌𝖺 °- 𝖡𝖺𝗃𝗂𝖿𝗎𝗒𝗎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora