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Murmullos y risas se escuchaban tras la puerta, mi emoción se vio cortada ¿A caso viene con alguien? Me acerqué a la entrada y vi que eran mi novio y

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Murmullos y risas se escuchaban tras la puerta, mi emoción se vio cortada ¿A caso viene con alguien? Me acerqué a la entrada y vi que eran mi novio y... ¿su mejor amigo? Se reían mientras Win intentaba meter la llave en la cerradura. Salí corriendo para evitar ser vista, se supone regresaba de mi viaje un par de días después, pero quería darle una sorpresa. Finalmente entraron al departamento y yo aguardaba en el oscuro pasillo, iba a darles un susto, me esforzaba por no reírme de la travesura que estaba por hacer.

Win dejó las llaves sobre la mesa y mientras revisaba el correo, Bright lo abrazó por detrás mientras sus labios recorrían el cuello de mi amado, yo que los observaba desde la sombra apenas ponía procesar lo que estaba ocurriendo. Lentamente retrocedí sin quitarles la vista de encima y Win, dejando a un lado las postales, se volvió para quedar frente a quien yo consideraba un hermano para Win. Podía escuchar su respiración pausada como si estuviera exhalando en mi oído, sus manos recorrían lentamente el cuello de Win, que deseoso de tocar sus labios se veía impedido por la misma fuerza de Win, que lo apartaba y lo acercaba, como indeciso de lo que estaban haciendo.

Yo no podía creer lo que estaba pasando, mi sonrisa maliciosa se desvaneció al ver como aquellas bocas se tocaron, en un tímido beso, las manos que por cuatro años habían recorrido cada parte de mi cuerpo ahora exploraban el de su mejor amigo. Retrocedí sin hacer ruido, estaba en shock, no sabía cómo reaccionar. Me metí a la recamara, todo me parecía tan surreal, como estar dentro de una pesadilla, una alucinación. Los escuché acercarse a la habitación, aterrada miré en todas direcciones, la ventana de un quinto piso no era una opción y decidí ocultarme en aquel lugar donde ahora sabía Win y Bright se encontraban atorados: el closet.

Cuando cruzaron la puerta toda represión y timidez se fueron al diablo, aquellos dos hombres a quien pensé conocer, se volvieron desconocidos ante mis ojos. A través de las rendijas del armario, sin hacer ruido me dispuse a observar todo. Con una pasión que jamás había visto, Win le arrancó la ropa, besándolo desesperadamente, mientras sus manos no dejaban de recorrerlo, me tapé la boca tratando de callar mi llanto, ya el asombro había cedido paso al dolor, el dolor de saberme doblemente engañada. Y Bright, suspirando, recibiendo el placer que las manos de mi hombre le daban, cerraba los ojos y entonces pude verlo claramente, no solo entregaba el cuerpo, entregaba el corazón.

 ¡Es que debía salir ya! Sorprenderlos, reclamarles, volverme loca y quizá vengarme...pero no, me quedé ahí.

Ellos estaban tan cerca, que sus vientres se tocaban, sus labios se buscaban para devorarse y...sus miembros, como un par de sables ansiosos por iniciar la batalla, se rozaban lentamente, mientras ellos se fundían en un abrazo.

—Esto es una locura... -escuché decir a Bright.

—Lo sé... -respondió Win.

Por un momento pensé que iban a detenerse, pero finalmente quería ver como terminaba eso. Se recostaron en la cama, mientras Win deslizaba sus labios por todo el cuerpo de su amigo, sus penes erectos, reaccionando a toda esa entrega, comenzaron a frotarse. 

Ver a Win encima de otro hombre, en nuestra casa, en nuestra cama era algo que me llenaba de ira, de celos, de tristeza, al verlo disfrutar como lo hacía conmigo, compartiendo su pasión con otra persona. Las formas de su cuerpo eran hermosas, el cómo acariciaba a mi amor, con tanta delicadeza y ternura, entonces volvieron a besarse.

Sus instintos reprimidos, se liberaron, entregándose ambos a un frenesí de caricias y besos, las manos de Bright aferradas a las redondas nalgas de mi novio, quien pasaba su lengua por sus pezones, de la misma forma que lo hacía con los míos,  cerré los ojos, quería intervenir, pero no podía dejar de mirar, aquella entrega tan diferente, una rabia, que ahora se derramaba en el lecho que compartía con el amor de mi vida.  mientras miraba como Win tomaba la verga de Bright y comenzaba a masturbarlo lentamente, mientras sus labios abandonaban sus pezones para recorrer su cuello hasta llegar a su boca, pude ver como introdujo su lengua mientras el ritmo de la paja aumentaba, Bright comenzó a mojarse mientras su boca seguía siendo absorbida por mi novio.

 Los gestos de mi hombre lo indicaban, era inconfundible ese temblor en su cuerpo, la rigidez de sus brazos, Bright engullía ese miembro tan grueso que apenas entraba en su boca, ese pene que tantas veces había estado en la mía, en mis adentros y ahora era suyo, mientras yo observaba en secreto . Pero una duda me asaltó ¿Esto continuará? ¿Quién poseerá a quién? Muy pronto lo sabría.

Win no dejaba de gemir, mientras hundía lentamente su verga en aquella húmeda boca, yo sabía que era cuestión de tiempo para que dejara de controlarse, su excitación logró nublarle los sentidos y sin decir nada sujetó la cabeza de su amigo para penetrar su boca de forma casi violenta, provocándole arcadas, metiendo y sacando su verga dejando un hilo de saliva. Mi ritmo cardiaco se aceleró, la respiración se me entrecortaba, estaba temerosa de que me pudieran escuchar.

Win volvió a acostarlo en la cama, alzando sus piernas atrapó la verga de Bright con su boca, tuve que ahogar con mi mano mi llanto, no podía creer lo que estaba pasando, mi hombre mamaba ese falo con una maestría impresionante, mientras uno de sus dedos masajeaba el ano, se veía que lo disfrutaba. Creo que iba a enloquecer cuando la lengua de Win recorrió los testículos de Bright hasta llegar a su ano.

Después de escupirlo hundió su lengua en él, moviéndola de un lado a otro como tantas veces lo había hecho en mi. Bright se colgó de su cuello, mientras Win sostenía sus piernas, poco a poco vi como su miembro fue abriéndolo, con un profundo gemido, Bright lo recibió dentro de él. Sentí que iba a desmayarme, al ver a Win embestirlo con furia, mientras su cabello castaño caían sobre el rostro de Bright, acariciando su pálida piel y ambos sonreían, suspirando, atrapando sus bocas en un tierno y salvaje beso.

Mis ojos no abandonaban el mete y saca que hacía temblar a Bright. Y ellos completamente ajenos a mi placer, gozaban el propio, los labios de Win llenaban de besos su pecho, mientras Bright arqueaba su cuerpo, su rostro enrojecido, gastándose la garganta en gemir, mientras Win se encontraba aferrado al cuello de Bright, hundía su pene mientras lo besaba, con las piernas de este, enredadas en su cuerpo, ahogando un grito mientras en el clímax lo invadía y la sonrisa de triunfo en el rostro de mi novio, me hizo terminar por segunda vez.

Las piernas me temblaban, estaba por perder el equilibrio y caer, cuando Win abandono el ano de Bright, para arrancarse el preservativo y rociar con su jugo masculino el pecho y torso de su amante. 

Win se dejó caer sobre su pecho, y Bright lo abrazó con tanta fuerza, que la conexión que yo creía tener con mi pareja, me hizo creer que hasta yo podía sentir ese abrazo. Ya no podía más, tenía que salir de ese hueco, no podía respirar y aunque ese par tenía muchas cosas que explicarme.

Mi temblorosa mano se posó sobre la puerta del armario, dispuesta a abrir y enfrentarme con esa dura realidad, cuando escuché el crujido de mi corazón rompiéndose al momento en que Win le decía a Bright, cariñosamente:

—Aunque esté con Min yo te amo y te amaré siempre...

DOLOROSA TRAICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora