Ahí se encontraba, Yang JeongIn, observando tímidamente a su vecino por su ventana. Amaba ver cómo se duchaba, era la vista perfecta a los ojos de él. También, era placentero ver cuándo el se lastimaba y le salía sangre, ya que siempre recolectaba un poco de su sangre para encaminarla y olerla. Todo lo que el amaba. Pero, Hwang HyunJin no sabía la atracción que su pequeño vecino tenía hacía él.
―No te muevas. Sólo quiero tomarle una foto a tus hermosos abdominales.
Pensó JeongIn mientras apuntaba con la cámara de su teléfono a un HyunJin sin una camiseta puesta. Estaba entrenando en el gimnasio, el menor lo había seguido para ver su hermoso cuerpo sudar en pleno ejercicio. El sudor que caía de su cuerpo lo excitaba demasiado. Inclusive, las mismas personas en el gimnasio pensaban que JeongIn estaba enfermo, ya que siempre acudía al lugar pero nunca hacía nada. Sin mencionar sus actitudes y fetiches tan extraños que tenía al ver a los hombres sudar mientras se ejercitaban.
―Parece un enfermo.
Fué el comentario de uno de los chicos que también se encontraba en el gimnasio. Su amigo asintio. Todos piensan que JeongIn está enfermo. Pues si lo está, pero enfermo de amor.
Algo que cabe resaltar es que a JeongIn no le afectan los comentarios de las demás personas, pues ya se encontraba acostumbrado a ser juzgado por sus extrañas actitudes. Éstos comentarios ya eran una simple rutina diaria de todos los días. Al final se terminó convenciendo que sí estaba enfermo, pero enfermo por HyunJin, su hermoso vecino que lo tenía loco enamorado.
―Ya es tarde. Supongo que nos veremos mañana o lo más pronto posible, gracias Lee Felix, eres increíble.
―Gracias a tí, Jinnie. ―El australiano le dedicó una hermosa sonrisa al coreano, haciendo que su corazón empezara a latir por aquél lindo australiano.
El australiano salió del gimnasio. Al sintió un aura bien rara. Por alguna razón se sentía observado por algo, o mejor dicho; observado por alguien, simplemente decidió dejarlo pasar, sin imaginarse que quería su último día con vida. JeongIn lo había seguido hasta llegar hacía un callejón sin salida. Ése fué el momento de atacar. JeongIn sacó del bolsillo de su chaqueta un destornillador. Sin pensarlo dos veces se tiró encima del australiano, el cuál se encuentraba distraído con su teléfono. Sintió que alguien se tiró encima de él. Inesperadamente sintió un gran dolor en su estómago. Vió sangre caer de su camisa, lo estaban apuñalando brutalmente y sin piedad. Por lo poco que podía ver vió a un chico de polera negra con una sonrisa totalmente aterradora.
Felix gritó desesperadamente al sentir cada apuñalada, pero de nada servía, no había nadie cerca del lugar. Lo último que pudo ver y escuchar antes de morir fué a JeongIn riendose y retorciendose.
―El chico es mío.
Fué lo último que escuchó. Con lo poco que le quedaba de conciencia supo de se trataba de HyunJin.
―No le hagas daño. ―Fueron sus últimas palabras.
A JeongIn no le importaba si tener a HyunJin a su lado implicaba matarlo. De todos modos, el pensaba que ambos estaban destinados a estar juntos.
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Psicópata [Hyunin]
FanfictionÉl buscaba pretextos para acercarse a él. A él le asqueaba su mísera presencia. Uno locamente enamorado. Él otro totalmente serio que odia el afecto de cualquier tipo. ―Ya te dije mil veces que te alejes de mí. ―Pero, te amo. ―Yo no, así que lárg...