Los ensayos

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En las dos ultimas semanas nos han hecho practicar el baile todo el día, todos los días, no hacemos otra cosas hasta que salga perfecto.
En el descanso, Xime y yo estamos hablando de la fiesta que están organizando para graduarnos, aunque la reacción de mi mejor no amiga no es tan emotiva, sé que le duele que tomemos caminos diferentes. Para mi igual es triste, saber que ya no la veré todos los días, que ya no pasaremos el receso juntas, las salidas, nada será igual en unas semanas, pensar eso... da nostalgia.
- ¿En que tanto piensas Angie?— en su rostro hay una mirada de confusión, cómo si no supiera qué pasa por mi cabeza, y aunque me conozca muy bien, hay cosas que luego se le escapan.
- No es nada, solo que... te extrañaré mucho.— las lágrimas quieren salir de mis ojos, pero sé que si comienzo a llorar, ella también lo hará y no quiero arruinar los últimos días que nos quedan juntas.
- Pero sabes que cuentas conmigo siempre que lo necesites, ¿lo sabes verdad?.— por supuesto que lo sé, solo... no quiero perderla.
- Claro que estoy consciente de eso pero te voy a extrañar, extrañaré esto... estos momentos. — me pongo a pensar en qué me puede cambiar por alguien más, y eso hace que se me rompa el corazón.
Puedo sonar muy dramática, pero ella ha sido mi mejor amiga desde la primaria, hemos pasado tantas cosas juntas que me dolería mucho perderla.
Acabando las clases, me fui directo a mi casa, estos días he estado muy sentimental y sin muchos ánimos. Me recuesto en la cama, Tommy llega a saludarme y se echa en la cama a mi lado, comienzo a acariciarlo, veo sus ojitos a medio cerrar y me da paz, este gato es mi vida entera, lo amo con todo mi corazón, desde que llegó a mi casa se ha convertido en la parte más importante de mi. Observo cómo empieza a quedarse dormido, me da tanta ternura, tanta calma, que no me doy cuenta en que momento me quedo dormida.

Mi último año de secundaria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora