Único

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Cada letra escrita aquí es de mi completa autoría. Espero que lo disfrutes y recuerdes que esto no es más que ficción.





Sucedió en tercer año, Jimin corría por las escaleras esperando llegar a tiempo a su clases y terminó cayendo por las mismas gracias al intempestivo choque contra un chico de cabellos largos en un tono morado bastante intenso.

—¿Te encuentras bien?—preguntó el chico a su lado, con preocupación al haberlo visto caer varios escalones.

—No, por favor, llévame a la enfermería —pidió el contrario notando unas gotas de sangre en su cabeza.

—Mierda, estás sangrando.—dijo asustado, apresurándose a cargarlo en sus brazos aun sabiendo que este podía caminar por si solo.

—Yo no me he lastimado la pierna.—comentó el chico, aferrándose al contrario para no caer.—¿Y que demonios le pasa a tu cabello?

—Es mejor prevenir que lamentar.—respondió riendo mientras aceleraba el paso con castaño en brazos.—Hablando de mi estilo, soy un chico excéntrico.

Al llegar a la enfermería, Jimin conoció su nombre.

—Muchas gracias por traer a tu compañero, Jungkook. Puedes ir a clases o quedarte esperando afuera.—dijo la enfermera y este hizo una mueca frustrado por no poder quedarse.

Jimin lo notó e instintivamente tomó la palabra.

—Disculpe, ¿puede usted permitir que Jungkook se quede aquí conmigo? Le tengo miedo a los ambientes de hospital y todo lo que tenga que ver con medicina, por eso no vine por mi cuenta y él me tuvo que obligar a venir, no creo que me sienta cómodo si no está conmigo.—La enfermera entendió y dejó que este se sentara a lado de Jimin tomando su mano como si realmente tratara de calmar su pánico a la limpieza de herida que le estaba aplicando la señorita.

Luego de curarlo, salieron de enfermería sin decir una sola palabra y caminaron por los pasillos vacíos haciendo notar su presencia con el sonido de sus pasos.

—No quieres entrar a clases, ¿verdad?—cuestionó Jimin y el contrario solo atinó a responder con otra pregunta.

—Mentiste sobre tener miedo a estar solo ahí dentro, ¿verdad?

El castaño rio divertido, metiendo las manos a su bolsillo.

—Quería salvarte de la agonía de entrar a clases.

—Muchas gracias...—Jimin observó el rostro de su compañero y entendió que le pedía su nombre.

—Jimin, soy Park Jimin y tú eres Jungkook, ¿cierto?

—Jeon Jungkook, es un gusto.

Un par de caminos se cruzaron intempestivamente sin saber a qué se enfrentaban.

Jungkook era completamente rechazado en su aula y Jimin se convirtió en su protector, su amigo, su ángel guardián.

—Sigo sin entender porque son patanes contigo, eres un chico guapo y muy intrépido.—comentó Jimin, sacudiendo la espalda de Jungkook, ya que, unos momentos antes sus compañeros de clase lo empujaron hasta caer en el suelo manchando de tierra y lodo, su ropa.

—Mal día para que llueva.—atinó a decir el menor con buen humor fingido.

—¿Realmente no te importa? Jungkook, nos conocemos hace un par de meses y ya he tenido que pelear con cinco idiotas por el acoso que recibes y no hablemos de las veces en las que terminas así.—señaló a su ropa completamente sucia.—Por favor, dime lo que sucede. ¿Por qué te tratan de esa manera? Sé que el bullying no se justifica, pero todos dicen que no debería defender a alguien como tú.

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