Capítulo 11. Proteger a la familia

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—Bienvenido a mis aposentos, Luna Superior Tres

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—Bienvenido a mis aposentos, Luna Superior Tres. Perdona que mi condición no sea agradable para los ojos de cualquier criatura.

El líder de los cazadores me llamó para hablarme sobre la situación sobre los demonios. En efecto, su cuerpo está deteriorado a causa de aquella enfermedad heredada por Muzan. Ya sus ojos no tenían vida alguna. Yo hice una pequeña reverencia a modo de respeto por haber cuidado a ___ y a mis hijos.

—Siento que la batalla final se está acercando.

—Yo también lo he notado desde que derrotaron a tres de las Lunas Superiores. A ese hombre no le estará agradando la idea de estar perdiendo a sus mejores soldados.

—¿Tienes miedo, Akaza?

Es la primera vez que ese humano dice mi nombre. Todo mi cuerpo se estremeció. La sensación que transmitía su voz es diferente a la de Muzan. Paz y armonía.

—Miedo a perder a mi familia. Por ello, quiero pelear en esta batalla.

—Por ello te reuní —susurró. Ya su voz le estaba fallando—. Mi recomendación es que no lo hagas.

—¿Cómo? —Mis párpados cerraron y abrieron unas cuantas veces no creyendo tal cosa.

—Si apareces, es probable que Muzan no tendrá reparos en matarte y tu familia caerá contigo. Lo he visto. No sobreviviríais. Mi consejo es que te alejes de la coorporación lo antes posible.

Sus ojos muertos me demostraban una gran y dolorosa verdad. Soy un Alfa que no debe arriesgar su vida por el bien de su familia. Unas gotas de sudor resbalaban por mi sien; frío y constante que solo percibimos los demonios. Apreté con fuerza mis puños preguntándome si era lo correcto o no. Puede que sea así. No debo meterme en esta pelea. Incliné mi cabeza a modo de respeto.

—Tiene usted razón. No debo poner en peligro a mi familia.

—Siempre tuve esperanzas de los demonios —recalcó aquel joven ya demacrado—. Haces lo correcto. Cuando acabemos con Muzan, ten presente que tu destino cambiará por completo.

Yo volví a asentir. Desde que conocí a ___ siempre me imaginé una vida de paz con ella sin preocuparme de nada. Creo que es hora. Más aún cuando Koyuki se encontraba mejor en cuanto a salud. Poco a poco me iba retirando de aquella habitación. Debo informar a ___ cuanto antes. A ella no le agradará mucho la idea porque hizo nuevos amigos acá, pero esta batalla no es nuestra. Hay que huir por nuestra seguridad.

Ya cerca de nuestro cuarto me percaté del olor de otro Omega demonio. Esa esencia viene de aquella joven que caminaba bajo el sol sin ningún problema. Abrí la puerta y vi una imagen enternecedora. Mis hijos están jugando con la chica demonio. ___ estaba con una sonrisa de oreja a oreja para luego mirarme directamente.

—Akaza-kun —susurró—. ¿Cómo ha ido con la reunión de Oyakata-sama?

—De hecho, quisiera hablar contigo a solas, si fuera posible —dije, mirando a la chica demonio llamada Nezuko.

Eres mía, humana (Akaza X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora