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Oh Dios no es posible, ya están aquí.
- Mamá: San están tocando el timbre hazme el favor y abre que me estoy cambiando!!!

Valla mamá que lindo de tu parte y yo en las fachas que ando.

Para la otra ponte algo mejor tonta

Y tu quién eres?

Pues tú conciencia cariño.

Ya, lo que me faltaba era esto, hablar conmigo misma.

- San: Ya voy mamá!!!- me dirijo a la puerta y cuando abro, ahí estan, el señor Austin y la señora Samanta.
- Samanta: Buenas noches, está es la casa de la familia Parker? - parece que no me reconoce, la última ves que los vi fue a los 14años.
- San: Buenas noches para ti Sami, estas en lo correcto - le sonrío y su cara refleja asombro, cuando era pequeña se me hacía difícil decirle su nombre completo y preferí llamarla Sami.
- Samanta: San eres tu?
- San: La misma - le digo y me da un abrazo y un beso en la mejilla y yo hago lo mismo, los extrañaba a los dos, pero a su hijo, ese lo quisiera ver a un kilómetro bajo tierra.
- Samanta: Cariño que grande estas - me toma de la mano y me hace dar un giro para verme mejor.
- Austin: Bueno y para mí no hay besos y abrazos? - me dice y le doy un gran abrazo y un beso.- Si que has crecido mucho San.
- San: Bueno no se queden ahí, pasen, están en su casa - les ago un ademán con las manos para que pasen, al parecer su hijo no vino, que bueno - Papá está en la terraza y mamá está al bajar - les enseño el pasillo que lleva hasta ella y ellos acienten y cuando me giro a cerrar la puerta veo a un chico de pelo negro y de ojos azules, con una camisa negra apretada que marca bien sus brazos trabajados y un pantalón del mismo color y ajustado también, se ve guapísimo, me mira curioso, sorprendido, no logro definir su expresión.

- San: En que le puedo ayudar? - le pregunto porque no conosco aquel chico que está en mi puerta.
- Daniel: Hola,acaso no te acuerdas de mí preciosa - me mira de arriba abajo con una gran sonrisa, su vos tan gruesa me erizó por completa.
- San: Perdón? - y este que se cree.
- Daniel: Sandra en serio, venga ya - me dice.
- San: Quieren eres, y como sabes mi nombre ?- le pregunto con cara de pocos amigos con mis manos en la cintura, el abre los ojos como platos por mi acción.
- Daniel: Soy Daniel Edwon, ya me recuerdas - me dice, maldito, como no te reconocí.

Claro que no lo reconosiste cariño, si está tan bueno como Poseidón.

Cállate tonta consciencia, por una parte tienes razón, pero este no es el caso ahora , y ahí está la loca que llevo dentro, me quedo como hielo parada en la puerta observándolo.

- Daniel: Acaso te fuiste del mundo, tierra llamando a San!! - me dice el muy imbécil.
- San: Claro que no idiota - le digo con una ceja alzada.
- Daniel: Hace tanto tiempo que no nos vemos y mira como me tratas - eso no es comparado con lo que te viene, me toma de la cadera y me atrae a él y me abraza fuerte y yo me quedo estática en mi lugar - Te he extrañado mucho - me dice en el oído, lleva sus manos a mi cintura que está al descubierto y la acaricia y luego hasta mi espalda - Estas hermosa - me dice y me ruborizo.
- San: Pero que rayos? - y me despego de él y me mira asombrado pero luego sonríe, como quisiera quitarte esa sonrisa, estúpido.

Si claro, lo que quisieras era comértelo, cariño.

Cállate ya tonta consciencia - me digo a mi misma.

- Daniel: Acaso no me extrañaste
- San: Si claro, pasa - le hago un ademán con las manos para que pase, le indico el pasillo hasta la terraza, él asiente y se va.

Subo las escaleras y me encuentro a mamá que viene saliendo de su cuarto .

- Mamá: Cariño aún andas con esa facha - me mira furiosa - Ya llegaron?
- San: Si, están en la terraza con papá - le digo algo enojada.
- Mamá: Está bien, ve y prepárate rápido - me dice mientras baja las escaleras.

¿Me Quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora