"Todos tienen algo que proteger" pensó aquella vez en que todos los habitantes de la isla le hacían frente al príncipe de Stern. Él también luchó con todas sus fuerzas, aunque al final no recordaba como había derrotado al Cuatro Ojos, pero sabía que tenía que ver con pasado.
Aquel misterioso pasado que no recordaba y por el que buscaba obtener dinero para pagar una cura en Stern. En algunas ocasiones, llegaban a su cabeza pequeñas escenas, que no comprendía bien pero que intuía, tenía que ver con su token y con lo que eso representaba: la identificación como uno de los mejores asesinos de Xuanwu.
Tampoco sabía de donde había conseguido la espada de las mil piezas demoníacas, ignoraba la razón por la que traicionó a Xuanwu, y mucho menos asimilaba porque estaban dando una valiosa recompensa por él. El Fénix Verde le dijo que le haría recordar su pasado, si dejaba la isla Pollo y se adentraba al país de asesinos vistiendo su ropaje antiguo.
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Así que dejando atrás a Dai Bo y a Xiao Fei, fue a buscar la plaza del águila, lugar citado por el Fénix Verde. Sin embargo, el destino lo reunió con la señorita Flor de Ciruelo y con una futura batalla interna. Thirteen —un tanto irritada— clavó en su pecho un extraño artefacto que comenzó a distorsionarle la realidad.
Especialmente cuando fue llevado al extremo por el Hechicero sin Ojos.
Nuevamente le generaba la duda de que había hecho en su pasado como para ser atacado con el fin de eliminarle. El Hechicero le explicó que en el futuro que veía, él sería el motivo de la destrucción de Xuanwu, y que había matado a la bestia protectora del país. La oscuridad le invadió por un momento y se lanzó a atacar con toda su fuerza al Hechicero, mientras las gigantes cuentas del mala caían inmisericordes. Miró de reojo a Thirteen ahí parada, atónita y sobre todo indefensa, y entonces...
Sin pensarlo, dio la vuelta y uso la espada de las mil piezas demoníacas como un escudo, con ello salvó a la muchacha y cambió la visión futura del Hechicero.
Pero, la tortura apenas comenzaba, apenas logró huir del Hechicero, varios asesinos comenzaron a seguirlo. Todo, mientras aquella oscuridad le invadía por breves momentos. Corrió por los bosques de aquel territorio hostil, como si fuese la presa mas deseada por los cazadores. Y mientras luchaba contra las espadas, flechas y cuchillas de los asesinos, también lo hacía contra esa sensación tan poderosa y tan maligna.
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Cansado y casi destrozado, encontró un lugar para reposar, por un momento imaginó que regresaba a la estética que usaba de fachada, pero que realmente le hacía sentir satisfecho. En otro momento, deliro con estar en la playa con sus amigos, hasta que notó que en la palma de su mano realmente había sangre y no la cálida arena. La lluvia hacía parecer que la estatua del bodhisattva derramaba las lágrimas que él no podía soltar.
Y nuevamente su visión se distorsionaba, pero al ver a Thirteen —quien le salvó el trasero de un asesino— logró controlar esa oscuridad y le saludó sonriente. Al menos aún tenía a Thirteen a su lado, eso le reconfortaba un poco.
—¿Por que te resistes? —le había preguntado la linda y mortífera chica, cuando comenzaron a charlar frente a la pequeña fogata que les brindaba un poco de calor —¿No es mejor olvidar?
Seven sonrió ácidamente, en un principio quería recordar, ahora se negaba a olvidar.
—No quiero perder mis recuerdos —respondió con firmeza —son esos recuerdos que no quieres olvidar ni con dolor
Y era cierto, ahora veía como cada habitante de la isla, se iba volviendo cenizas, y como la playa soleada pasaba a ser un escenario tormentoso, mientras resurgía aquel Seven sombrío y sanguinario, frío y cruel. Por eso luchaba, porque la oscuridad tomaba cada vez más fuerza e iba borrando las caras de los isleños, de aquellos que conoció en dos años y que poco a poco se fueron convirtiendo en parte importante de aquella nueva y agradable vida.
No quería perder esas memorias llenas de momentos vergonzosos, emotivos y hasta divertidos. Desde su primera misión fallida, donde fue sacado de una boda por arruinarle al cabello a los novios, hasta la batalla contra Diente Rojo.
Quería seguir recordando a su familia plumifera: a Dai Bo y su bondad disfrazada de avaricia, a ese tutor que lo había acogido siendo él un desconocido. También a Xiao Fei, a esa gallina-paloma tan adorable que tenía muchas habilidades útiles.
Quería seguir viendo a Cora, la traviesa y fuerte chiquilla que batallaba contra su enfermedad pero contagiando alegría. A la presidenta Jiang con todo y su repulsión a lo "indecente", además de su increíble filtro de belleza y poder. Al tío Chen, tan valiente y trabajador. A Dachun, tan correcto, tan perseverante y tan honesto, sabía que podía confiar en él para proteger la isla. A los locos y cursis enamorados de Meow Cat y Ladrido Loco. A la abuela Chen, aún mas avara que Dai Bo, chantajista pero dulce y protectora con su nieto. A Ichiro Viento Primaveral, y su progreso como persona, que ya ni siquiera parecía asesino.
A los tres estilistas que le hacían competencia con sus extravagantes peinados.
Al mendigo Hua, que siempre iba por el mismo corte y ponía la misma excusa para pagarle.
A Daliuwan y sus increíbles albóndigas de carne.
Al doctor milagroso que le debía una enorme cantidad de dinero.
A la lagartija invisible que le ayudaba a cuidar de Cora.
Al hombre en ropa interior y sus gustos extraños.
Al molesto capitán Jack y a sus hombres.
Incluso al nerd Cuatro Ojos y sus ganas de una revancha.
Y sobretodo... a ella. A la señorita Thirteen Flor de Ciruelo.
...
Por eso cuando Thirteen se quedó dormida, él aprovecho para huir, porque no quería ponerla en riesgo, no por su culpa.
Llegó arrastrándose hasta una estatua semidestruida, donde fue rodeado por dos asesinos de las sombras, que estaban dispuestos a reclamar la ansiada recompensa. Pero nuevamente llegó Thirteen a salvarlo, incluso si con eso se le consideraba traidora y tenía que enfrentarse al sádico ex jefe de la facción de aviadores.
No estaba consciente, no podía ver como la chica de largos cabellos se enfrentaba valientemente a Ave Negra, solo se sentía caer al agua y hundirse en sus dolorosos recuerdos. Su mente le mostró la imagen de una chica vestida de blanco y su armoniosa voz:
—Eres muy fuerte ¿Tienes alguien a quien proteger?
—Soy un asesino, yo no protegeré a nadie —sentenció con frialdad, aunque le punzó recordar aquella imagen de una mujer siendo asesinada frente a él, sin que interviniera
Y luego otra memoria se hizo presente con la misma chica, se estaba enfrentando a un gigantesco dragón.
—Sabías que era una trampa ¿Porque viniste?
En ese momento recuperó la conciencia, llamando a la poderosa arma creada por los herreros celestiales. "Ahora sé a quien quiero proteger..."
Con una increíble sincronía, las dagas demoníacas salieron disparadas para formar una nueva hoja en la empuñadura que sostenía Thirteen, asestándole un corte preciso a Ave Negra, ante el asombro del mismo y de Manjusaka.
"Los protegeré ... a ellos... a ella"
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Notas:
*No tengo más que decirles que me encantó este Donghua, se los recomiendo muchísimo.
*¡Ahh! En serio los tres últimos capítulos de la temporada 3 me destrozaron. ¡Por Dios, que genial fue!.
*Los OST también son una jodida preciosidad, especialmente el tercer opening (no se nada de chino, pero no suena mal).
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¿A quien quieres proteger?
FanfictionSeven se ve inmerso en una lucha contra su parte asesina, al ser herido por la hoja de escarcha oscura. Fue a Xuanwu para recordar su pasado, no para perder los recuerdos que forjó en la isla Pollo. Todos tienen algo que proteger, ¿pero él?. Discla...