Capítulo Único

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Bajando por las calles rodeadas de bosque y hierba silvestre, MoonBin tan solo podía escuchar el sonido de sus pisadas sobre el asfalto entre el insistente chirriar de los grillos. El cielo se oscurecía cada vez más, pero al menos contaba con la luz de los faroles iluminando el tramo recto del camino hacia la parada del bus.

Solo había dos escuelas secundarias en su pueblo, ambas quedaban relativamente cerca una de la otra y justo se hallaban en lo alto de la montaña. No había nada en el camino aparte de árboles y monte, pero por lo menos podía ver las luces de los hogares a la distancia. Lejos, pero no lo suficiente como para sentirse remoto.

Bin llegó a la parada, ni siquiera tomó asiento en la banca y simplemente se dedicó a mirar al cielo.

Mentiría si dijera que aún no le inquietaba esperar solo a esas horas del anochecer, pero comenzaba a acostumbrase a la rutina de salir demasiado tarde de la escuela y llegar allí, solo, mientras pierde el tiempo observando las estrellas.

De hecho, una de las razones por las que no sentía tanto miedo ahora era porque tenía el consuelo de que no estaría solo por mucho tiempo.

Muy cercano a la parada del bus en donde MoonBin se encontraba había un cruce de calles, otro camino para subir la montaña. A ese otro lado quedaba otra secundaria que a diferencia de la suya era privada, pero eso sí, quedaba mucho más arriba de la montaña.

En esa secundaria estudiaba un chico, su nombre era Park MinHyuk. Él y MoonBin se habían conocido hace poco tiempo debido a que ese chico también se demoraba en salir a tiempo de la escuela, al parecer él era parte de un club de natación y pasaba mucho tiempo entrenando, más del que debería. La verdad MoonBin conocía poco sobre MinHyuk. Si no fuera porque MinHyuk salía tarde de su escuela y se topaba siempre con Bin mientras baja la montaña probablemente jamás hubiesen tenido la suerte de relacionarse alguna vez. Por ese motivo MoonBin agradecía cada día que a esa hora y en ese mismo lugar, MinHyuk fuera la persona que destruyera su soledad en aquella parada de bus desolada.

La brisa removió el cabello plateado de MoonBin mientras una sonrisa comenzaba a formarse en su rostro. No pudo evitar sonreír ante el recuerdo de su primer encuentro, el inicio de su extraña relación de amigos.

Y entre tanto Bin se hallaba fascinado en sus recuerdos, MinHyuk se aproximaba bajando la montaña con su bicicleta a una velocidad poco segura.

Bin escuchó el sonido de las cadenas de la bici sacudiéndose a toda velocidad y giró su cabeza hacia la derecha. Observó a MinHyuk dirigirse hacia su posición reduciendo la velocidad luego de la bajada. Tenía su bolso cruzado y echado para atrás, su cabello castaño estaba alborotado y una sonrisa temeraria curvaba sus labios.

—No tienes mucho tiempo aquí ¿Verdad? —MinHyuk habló entre jadeos luego de detenerse en su bici frente a Bin—. Bajé lo más rápido que pude. Amigo, sentí que casi perdería el control y me caería a mitad de la bajada. —Rió tontamente.

Bin no le pareció para nada gracioso el acto imprudente que había cometido MinHyuk al bajar así con la bicicleta; hizo una mueca reflejando su disconformidad, pero como sabía que MinHyuk poco le importaría volver a hacerlo, Bin solo se limitó a suspirar.

—¿Por qué bajaste tan rápido? —Alzó su ceja, aún molesto.

MinHyuk se quedó mirándolo con sus cejas elevadas.

—¿En serio me preguntas eso, hyung? Me preocupaba que estuvieras mucho tiempo solo aquí, por eso lo hice —dijo MinHyuk inclinando su cabeza a un lado y con una tenue sonrisa.

Bin suavizó su expresión luego de obtener su respuesta. De nuevo, esa sensación que daba cosquillas dentro de su estómago había aparecido.

—No seas tonto, no vuelvas a hacer eso otra vez. ¿Qué haré si te caes y te rompes unos cuantos huesos por mi culpa?

Mi acompañante de regreso a casa | RockBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora