Amor con sangre "Kookmin"

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- bien chicos ya estoy dentro, díganme en qué celda se encuentra.

- 212.

212? En la misma celda en la que el estuvo encerrado se encontraba ahora su objetivo, curvo sus labios en una risa divertida al recordar cuando él era el objetivo y que los papeles habían cambiado.

Era de madrugada por lo que se le facilitaba escabullirse entre los pasillos, aún tenía conocimiento del lugar, duro tiempo encerrado en esa prisión que hasta los atajo se conocía, así que camino a su antigua celda se desvío.

- jimin a dónde vas, ese no es el camino- Jin estaba algo confundido, podía ver a jimin a través de la cámara que este cargaba.

- conozco un atajo, además quiero entrar a la celda y si mal no recuerdo es por este camino.

- está bien, pero ten cuidado.

Jin sabía que no podía discutir con Jimin, tenía el conocimiento debido a que estuvo allí y sería una discusión perdida.

Jimin bajo un bloque de cemento tal y como recordaba, entro al agujero para empezar a gatear por el estrecho pasillo que había, de un mento a otro ya podía ver por medio de las rejillas de la cámara de aire a Jungkook dormido en la que antes fue su camilla, miro a su al rededor para comprobar de que Jungkook no estuviera con un a compañero de celda, y sonrió al ver que estaba solo eso facilitaba las cosas.

Juntando su fuerzas empujo la rejilla para empezar a bajar con cuidado, el lugar estaba oscuro, dejo la rejilla en el suelo pero sintió una mano en su garganta haciéndolo sobresaltar.

- quien eres y que quieres?

Abrió su boca como pudo pues Jungkook lo estaba sosteniendo muy fuerte que de cosa podía responder desde cuándo su Kookie se había vuelto tan fuerte, pero el sabía la respuesta este lugar cambia completamente a las personas y a los débiles los vuelve fuerte y a los fuertes unos idiotas.

- Hola Kookie.

Su cuerpos calló al suelo y empezó a toser para que aire volviera a sus pulmones.

- jimin? Eres tú?

- en carne y hueso Kookie.

- no puede ser.... Jimin el, a él le dispararon.

- pero tú me salvaste kook.

Saque del equipamiento que tenía de armas una lámpara para que iluminar el lugar, al ser estar en esta celda ni la luz de la luna podía entrar.

Jungkook al verme, soltó un sollozo y corrí abrazarlo y al momento fue correspondido.

- Dios Jimin pensé que te había perdido.

- también pensé que iba a morir Jungkook.

- ni sé te ocurra volver a solucionar los problemas así park Jimin- me dió un leve pero tierno golpe en mi frente haciéndome reír.

- era la única forma Kookie.

- lo sé, pero para la próxima avísame para cuando vuelvas a tener una idea alocada para saber quién de los dos tomara el papel de sacrificio.

- no abra próxima vez Jungkook.

Ambos nos reímos, pero a veces si tenía ideas algo fuera de lo normal pero quién me iba a culpar era park Jimin y eso era normal en mi.

Nos acercamos lentamente mirándonos a los ojos Jungkook aún sostenía mi cintura con sus brazos, dios había crecido tanto en un mes o yo tenía rato de no verlo, su cabello oscuro era más largo podía ver cómo apenas le estaba por salir barba y con ese uniforme se veía algo caliente, nuestras frente se unieron y lentamente nuestras bocas se juntaron.

Empezamos un suave beso que con el tiempo se volvió a uno de pasión ya no era suave ahora era rudo, el chasquido de nuestros labios resonaba por toda la celda y por fuera de ella, Jungkook empezó a arrastrarme hacia la camilla del lugar hasta que logró acostarme en ella, nos habías extrañado tanto que no podíamos contenernos si no fuera por la vos de mi auricular.

- bien tortolitos NO QUIERO VER UNA ESCENA PORNO EN UNA PRISIÓN así que paren PORQ PUEDO VER TODO LO QUE HACEN.

una risita se escapó de mis labios y se que Jungkook estaba conteniendo se de no reír, pues Jin había hablado tan alto que junngkook logro escuchar.

- nos vamos jungkookie?

- contigo hasta el fin del mundo.

.FIN.

El final no fue triste pero aún así ando llorando es la primera historia que escribo y darle fin me causo sentimientos, en mi perfil está mi segunda historia del kookmin gracias por darle apoyo a mi historia los quiero.

Segunda historia: Tu sangre.