Todo va mal. Nada ni nadie se siente agusto conmigo, con mi manera de ser, con mi forma de actuar. Aún así, intento calmarme, usar la poca paciencia que tengo para no soltarle a nadie lo que no deba. Dicen que no deberías hacerle a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti...pues bien, puede que eso sea verdad y sea justo, pero a veces no me soporto ni yo ¿cómo me van a soportar los demás? Es imposible.
Lo más difícil es callarse y aguantar, tragar saliva y seguir andando como si nada hubiese pasado, porque algún día, toda esta mierda volverá hacia nosotros más mierda que nunca, como un tsunami.