Era intensa la forma en que nos amábamos. Al dañar el corazón del otro, nos entristecíamos cobardemente.
"Sujeté su mano temblorosa y le dije que la amaba. Me miró a los ojos y su miedo agotó mi paciencia. Me dejó en la puerta de mi casa con el vestido de novia ensangrentado. Ella se alejó de mí, aterrorizada por lo que veía. El amor de su vida había acabado con quien sería el amor para su vida.
'¿Qué has hecho?' —exclamó llorando, horrorizada por lo que veía.
'Eres el amor de mi vida, pero no tienes derecho a decidir ni controlar lo que hago.' Su respiración agitada y las lágrimas en su rostro nos llevaron lejos, a una ciudad distante, lejos del cuerpo demacrado de Rafael y del amor de su vida, Hanna."
Hanna era una vampiresa del siglo 20 era bella, sexy, exótica, versátil atraía todo lo que quería hasta que encontró a un hombre, tan inteligente como ella, pero más calculador y menos apasionante, el era como ella bebían sangre humana para rejuvenecer y sobrevivir.
Pasaban semanas donde se iban de fiestas, bebian sangre de invitados taciturnos y tenian sexo frenetico en cada lugar de la casa.
