One

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Sin duda esta no había sido tu día. Corridas escaleras abajo desde el techo mientras sentias el frío de tu uniforme. Claro, después de todo, estaba mojada como si te hubieras metido en una piscina con la ropa puesta. Tus ojos estaban cerrados mientras corridas por aquel pasillo, pasando por todas aquellas puertas de aulas cerradas puesto que ya era muy tarde (demasiado para seguir en la escuela), y tus lágrimas caían en picadas por tus mejillas. ¿Cómo habías sido tan tonta? Te había gustado aquel muchacho desde que lo viste por primera vez y nunca te había hecho caso. ¿Ahora, de un momento a otro y después de no hablarte por años, te decía que quería verte en la azotea? No podías haber sido más estúpida.

Llevaste tus ojos hacia el frente para evitar chocar con algo o alguien. Muy tarde. El golpe en tu espalda fue lo suficientemente como para hacer que te retorcieras y abrazaras tus rodillas. Te levantaste como pudiste mientras sentias una mirada sobre ti y, decidida a ver si era de el, levantaste tu mirada hacia la que aquel muchacho frente tuyo. Las mejillas de aquel chico se encendieron en rojo al ver tu mirada conectada con la suya y simplemente mirobhacai otro lado, nervioso.

Tenias que irte de ahí, tenias que hacerlo ahora si no querias que aquellos idiotas bajadas y te hicieran sufrir más de lo que ya habían hecho.

── ¿M-me... ──tartamudeaste── ...dejas pasar?

──el entendió ── ¡Si, disculpame!

Su mirada carmesí te siguió hasta que desaparecíste por las escaleras, sollozando. Apenas te fuiste se dijo a si mismo que era un estúpido. Debía haber preguntado si estaban bien (aunque, por supuesto, no lo estabas) o siquiera preguntar si podía ayudarla en algo, pero no. Solo se quedó mirándola mientras se marchaba. Aquellos ojos heterocromaticos, unos verde y otro celeste, junto con aquella tez blanca y cabello negro con algunos mechones blancos le habían llamado la atención. Algunos te habían dicho que aquella apariencia era rara la sobrenatural, pero para el no, para el eras una obra de arte que acababa de descubrir y no dejaría de admirar hasta su último aliento

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¡𝗬𝗔𝗡𝗗𝗘𝗥𝗘!
ᵀᵃⁿʲᶦʳᵒ ˣ ʳᵉᵃᵈᵉʳ
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Ni siquiera te habías dado cuenta del momento en el que empezaste a tener un admirador. Habías notado aquellas miradas que te daba el chico carmesí el cual te había encontrado aquel día en el que aquel chico te hagan rechazado den la peor manera posible. Pensaste que era porque te veías rara, ¿Cómo no? Si todo el mundo decía aquello. Si embargo, sus miradas parecían tener dulzura y un pequeño fuego que emoción cuando encontraba lo que quería ver. No podías ser tu, tu lógica que decía que no eras tu. Si no tu hermana adoptiva, Kanao Tsuyuri.

Cuando aquellas hermana Koccho te habían visto a ti y aquella pequeña que no hablaba mucho en aquel orfanato de mala muerte sus corazones se habían ablandado de manera increíble. Tan ablandados estaban que habían decidido adoptarlas a las dos. (Ah, y a unas trillizas que se hospedaban en la habitación al lado de la suya (Aunque más que todo, las personas les prestaban más atención que a ustedes). Kanae Koccho, una profesora muy respetada de la prestigiosa Academia Kimetsu. Shinobu Koccho, una universitaria prodigio que nunca había fallado en nada. Kanao Tsuyuri, Estudiante de la Academia Kimetsu y mejor en todas la materias. Por último, Mitsuha Suzuki, aquella chica que nunca había resaltado.

Exacto, tu.

A pesar de tener una familia prestigiosa, nunca habías podido estar a su nivel. A diferencia de ti, tu hermana Kanao se había adaptado de mentalidad perfecta a lo que se requería para poder ser alguien digna de aquel vínculo familiar. ¡Hasta a las trillizas les iba bien en la primaria!. Todos te miraban mal, siempre habías querido hacer algo bien y nunca podías hacerlo. Parecía que el universo te ha bajado condenado a ser alguien que fracasaría en la vida.

𝗬𝗔𝗡𝗗𝗘𝗥𝗘 ? || 𝖳𝖺𝗇𝗃𝗂𝗋𝗈 𝗑 𝗍𝗎 || 𝖡𝗒: 𝗛𝖺𝗿𝗎-𝘀𝖺𝗺𝖺 || ¡+18!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora