Eternamente

Comienzo:

-Abigail-susurro una voz-

-Mmmm-balbucee-

-Abigail, es hora de ir a la escuela-reconocí esa voz...mi madre-

-No quiero ir-susurre-

-Aiden llamo, dijo que tenían un examen importante-me informo-

-Olvida lo que dije hace unos instantes-me levante ágilmente de mi cama y corrí hacia mi baño personal que estaba conectado en mi habitación, no me levante por el dichoso examen, si no por Aiden.-

El nombre de Aiden Donnovan me alegraba el día, es mi mejor amigo, el chico que me gusta y aparte mi vecino, pero él no sabe que estoy atraída por el desde que entramos a la preparatoria, exactamente, hace dos años y dos meses. Después de hacer mis necesidades y después de ducharme me coloque unos pantalones entubados, una blusa de manga larga delgada color amarilla que decía "I Hate Mondays" y para completar mi estilo del día de hoy me coloque unas botas de estilo militar color negras, camine por el largo pasillo y llegue al comedor para encontrarme con mi hermana y mi madre, comenzamos a desayunar tranquilamente cuando mi hermana comenzó a contarnos que ya tenía novio.

-Se llama Thomas-dijo feliz-

-¿Thomas Bell?-pregunte levantando una ceja-

-El mismo ¿Lo conoces acaso?-me miro detenidamente-

-Es el mejor amigo de Aiden-susurre-

-¡En ese caso sería perfecto!-exclamo y me miro con una pizca de diversión-

-¿Perfecto para qué?-la mire con cautela-

-Una cita doble!-chillo de felicidad y yo solo pude poner los ojos en blanco y negar con la cabeza-

-Estas completamente loca-dije apenas-

Al llegar al colegio con veinte minutos de anticipación entre, me dirigí a el aula de Literatura y busque a Aiden con la mirada, compartíamos esta clase y otras tres, cuando lo encontré me senté a su lado, ya que eran bancos compartidos.

-¡Abbs!-me saludo con un abrazo y un beso en la frente-

-Aiden-susurre y le devolví el abrazo-

-¿Tu madre te paso mi recado?-pregunto-

-Claro ¿Pero qué examen?-levante una ceja, no me había tragado eso del cuentecito del examen-

-Bueno-suspiro- Me has descubierto-dijo fingiendo dolor-

-Ya, dime de que se trata-le di un suave empujón en el hombro-

-Es Zooey-suspiro como enamorado, entonces mi cara se transformó, mi sonrisa se borró y me quede seria-

-¿Que tiene Zooey?-solté un bufido-

-No sé cómo invitarla a salir-se sonrojo y yo puse los ojos en blanco-

-¿Y para que me quieres a mí?-pregunte sin entender-

-Para que me des un consejo femenino-dijo sonriente-

-Nunca me han invitado a salir, así que te has equivocado de chica-me acomode en el asiento-

-¡Nunca te han invitado a una cita!-exclamo asombrado-

-Baja la voz-rodee los ojos-

-Es que no lo puedo creer-dijo mientras reía-