La primera vez que lo vió, estaban en la ceremonia de ingreso, con su uniforme pulcro, esbleto y una sonrisa radiante, se veía demasiado felíz, a primera vista parecía alguien ingenuo.
Su perspectiva cambió al ver su desempeño académico y social, era simplemente perfecto, notas dentro del margen de excelencia y también un simpático, gentil y amigable compañero de clase, desgraciadamente no todo podía ser tan perfecto, en su caso, su defecto fue su clase social, al ser pobre, debía trabajar a contra turno para mantener a su familia, lamentablemente eso estaba prohibido, la razon por las que sería enviado a la clase E meses después.
Que cómo lo descubrió? Viéndolo por la vitrina de una cafetería, vestido de traje con una bandeja en la mano, se preguntó que hacía ahí, pero como al final no era su asunto, pasó de largo.
Así pasaron los días en los que al pasar por aquella calle veía al pelinegro trabajar sin descanso, atender clientes, recoger mesas, llevar pedidos, tomar órdenes, todo con una sonrisa encantadora, al pasar por aquellas calles descubrió que muchos de los clientes de aquel restaurante tenían muy buenas referencias de él, aún recuerda lo que decían aquellas señoras:
"Ese chico es un amor"
"Es demasiado atento"
"Tiene mucho profesionalismo y carisma"Para un "amargado" cómo él ni siquiera le interesaba saber que era lo que opinaban de él y la verdad le daba igual, pero conforme pasaban los días la curiosidad comenzó a inquietarlo, cuando menos se lo esperaba ya se encontraba sentado en una de las mesas de aquel café, en un sector donde no estuviera asignado aquel chico, pero podía observarlo perfectamente, así entre tardes, comenzó a disfrutar de esos momentos donde podía mirarlo desde el anonimato, o al menos así lo creía él, lo que no sabía era que el que sería el ikemen de la clase E ya sabía que se encontraba ahí y que en realidad aunque sospechó de él al inicio de que pudiera arremeter contra él de algún modo, descubrió que no diría nada cuando al día siguiente de ser descubierto no fue llamado a la oficina de director, las miradas furtivas que se dedicaban era algo que solo los más observadores notarían, ya que ambos eran demasiado discretos.
Un buen día, reasignaron áreas en la cafetería, quedando asignado al sector en el que se sentaba aquel pelinaranja, al verlo llegar se acercó y saludó amablemente, como solía hacerlo.
-Buenas tardes, sea bienvenido, que desea ordenar?
La sonrisa del pelinegro era aún más linda de cerca, contuvo su nerviosismo y le habló.
-No tengo idea, que me recomiendas?-
-Pues podría ser el postre del día-
Ok, definitivamente ese chico es sumamente dulce.
-Bien entonces que sea eso
-Excelente elección, en un momento traeré su orden.
A esa agradable plática, le siguieron muchas más, por algún tiempo, todo se veía tan pacífico y en calma.
La rutina era la misma, el se sentaba en aquella mesa, el pelinegro tomaba su orden, se dedicaban un par de miradas discretas, sonreían y seguían trabajando, cada quien aparentemente ajeno al otro, con el tiempo aprendieron a entenderse solo con miradas, pero seguían cada quién en su mundo, esperando secretamente que eso no se terminara, pues se habían acostumbrado a la presencia del otro, aunque dolorosamente, eso no duraría mucho.
Una tarde, la que cambiaría el rumbo de las cosas, no sé percató de que era seguido por los 5 virtuosos, a palabras de algunos, un grupo de presumidos egocéntricos, las mejores notas de toda la escuela, después de él claro está, por alguna razón, no quería que se dieran cuenta, sabía que ellos no tendrían reparos en informar al director, pero cuando lo notó, ya era muy tarde, lo habían visto y el a ellos.
-Ese de ahí no es Isogai de la clase B?
-Asi que aquí pasa si tiempo después de clases...
-Hay que decirle al director esto es una clara violación al reglamento.
-Vamos Asano, le decimos a tu papá o lo manipulamos para guardarle el secreto?
-Hagan lo que quieran.
Inmediatamente al oírlos la cara de felicidad del pelinegro cambió a una muñeca de resignación, trató de recomponerse y siguió trabajando, la preocupación en el pelinaranja creció y con ella la duda, porqué se preocuparía por alguien como él? Si en nada le afectaba, pero, porque sentía como si hubiera hecho algo malo? No lo sabía, solamente le dedicó una mirada fugaz y se fué, así culminó ese día, a la tarde siguiente, no volvió a verlo en aquel café y supo que había cometido un error.
Esperó días para saber si solo había sido algo de momento o de verdad había sido despedido, luego de varios días de observación y algunos rumores, llegó a la conclusión de que había sido despedido, y su remordimiento aumentó, sabía por lo que decían las personas que en muchas ocasiones, el pelinegro era el sustento de su familia, por lo que buscaría desesperadamente una manera de ayudarlo, él no era como su padre y no lo sería jamás, quería un modo de arreglar lo que hizo, así que buscaría hablar con él en los pasillos de la escuela, aunque eso no sucedió.
No volvió a verlo más por los pasillos del instituto, al parecer ya llevaba varios días asistiendo al lugar al que había sido trasladado, la clase E, motivo: Violación al reglamento escolar, debía ser una sanción ejemplar, por lo que el chico permanecería ahí hasta que sus notas subieran entre los 10 primeros de tercer año, hasta entonces se quedaría ahí.
Había veces en las que deseaba haber sido más discreto, un poco más cauteloso, ahora sus tardes no serían igual, su camino saliendo de la escuela ya no tenía motivo, más que regresar al silencioso lugar que llamaba hogar, debido a las responsabilidades que tenía, no pudo encontrar al pelinegro por lo que quedaba del año, ahora debía esperar a que fueran alumnos de tercer año, para saber si podría arreglarlo todo.
Y se dió cuenta que extrañaba ese tiempo después de clases, tal vez más de lo que le hubiera gustado, en su mente, el pelinegro era el culpable, el y su estúpida sonrisa amable, que deseaba poder ver una vez más, aunque probablemente el no quisiera ni verlo de nuevo y sabía que lo merecía, así lo sentía, si él hubiera tenido más cuidado, su rutina seguiría igual, no habría perdido esa cálida compañía, no a él.
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Antes y después de clases
FanfictionSi hay algo que Asano Gakushuu ama, es el tiempo antes y después de clases, no lo malinterpreten, amaba estar en la escuela y demostrar que es el mejor, sin embargo, no sabe cuando comenzó con exactitud a desfrutar más del recorrido a la escuela y d...