Maremoto.

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Los sentimientos suelen ser un mar abierto, desconocido,abrumador e incierto. Pero las vistas que su semblante regala es el pago suficiente al miedo que te envuelve.
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El joven de barba admiraba de reojo el rostro del chico al que apreciaba como el tesoro más valioso que pudiese llegar a tener entre sus manos.
La fuerte luz entrando por aquella ventana  iluminaba de una manera casi mística la sonrisa del chico con la cicatriz bajo su ojo izquierdo, Law se encontraba totalmente abstraído por el chico que había conocido hace ya un tiempo, pero era imposible pronunciar alguna palabra de lo que sentía en lo más profundo de su pecho.

Por si fuera poco aquella vista de cafetería ruidosa solo adornaba más el carisma y aura del chico del suéter rojo.

—¡Ey Law! ¿En qué piensas? ¿No te comerás eso?— mientras hablaba soltaba esa característica risita que solía hacer renegar al contrario.

—Luffy ponte serio, vinimos a hablar sobre el proyecto, no ha devorar la carta entera de la cafetería— Intentaba disimular ese pequeño sonrojo que le calentaba el rostro cada que miraba al chico.

Las pequeñas moronas de las tartas de chocolate blanco que había devorado adornaban sus comisuras, y ésto no hacía un más que irritar a Law, pues, para él era como una invitación a sacudir su descuidado rostro.

—Tomalo con calma, además aún no llega Robin— Con una gran sonrisa dibujada en el rostro se lanzó al frente derramando el café sobre los pantalones claros de Law —Lo- lo siento, no era mi intención— intentaba limpiar su desastre pero solo empeoraba la mancha de café.

Law ya tenía medida la actitud de Luffy, por lo que solo fingía molestia, pues realmente le causaba gracia que fuese a su edad un tipo tan descuidado de él y su entorno, tal vez lo que realmente quería era cuidarlo.

Sin decir nada Law se levantó para dirigirse  al baño, con intenciones de limpiar la mancha antes de que ésta se secase, y dejará una horrenda marca en su vestimenta.

Éste chico parecía desinteresado, pero realmente era más amable y atento que la mayoría. Le importaba tanto Luffy que solía intentar que ya no se metiera más en pleitos callejeros, pues siempre terminaba golpeado por intentar defender lo que el creía correcto o proteger a desconocidos que muchas veces siquiera agradecían que les salvará el trasero.

Cuando volvía del sanitario miró una esbelta figura de cabello negro y lacio tan largo que colgaba del asiento donde se encontraba, aquella mujer que nadie dudaría en voltear a mirar aunque fuese tan solo por curiosidad, lo notó acercarse.

—¡Ey! ¿Cómo estás Law?— Con amabilidad saludo a Law mientras éste terminaba por llegar a la mesa donde lo esperaban.

—¿Cómo te encuentras Robin?— Contestaba calmo cómo de costumbre en él.

—Veo que Luffy y tú ya han adelantado la comida.
Te pido que lo disculpes, sabes que es muy desconciderado.— Hablaba refiriéndose a aquel pequeño accidente.

Luffy sonreía cómo si fuese nada para él.

—Al final se puede lavar, yo lo lavaré ‘Torao’— Solía llamarlo de esa manera como una pequeña muestra de la simpatía que se había ganado.

—No te preocupes, yo puedo encargarme de mi mismo.—

Robin rio al ver lo dispares que eran estos chicos y que a pesar de ello, se llevaban perfectamente.

Después de hablar un rato, sobre todo Law y Robin quienes decidan los detalles y ajustes del proyecto decidieron que era tiempo de terminar su pequeña reunión en aquel ruidoso sitio; Se encaminaron al departamento de Law, pues Luffy solía tener un sitio bastante desordenado, nadie entendía como su padre lo mantenía en los proyectos si era un desastre total, aunque al momento de tomar decisiones y negociar era un todo un ‘As’.

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2022 ⏰

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