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Las Vegas, 13 Junio de 2003

Un divertido grupo de jóvenes amigos, todos coreanos residentes en Japon, entraron en el hall del impresionante hotel Caesars Palace de Las Vegas. Sus caras al ver la majestuosidad de todo lo que les rodeaba hablaban por sí solas.

—Uoo hombre ¡esto es genial! —gritó Jay, el joven más alocado del grupo.

Todos asintieron boquiabiertos. La recepción de aquel lugar era alucinante. El mármol color marfil y las esculturas romanas eran tan increíbles que parecían estar en la Antigua Roma.

Hoseok, Jay, Kook y Jimin que habían viajado desde Japon para celebrar la despedida de soltero más sonada de todos los tiempos sonrieron divertidos. Habían planeado minuciosamente aquel viaje y allí estaban, dispuestos a disfrutarlo.

Kook se casaba el uno de Julio y sus colegas de toda la vida habían decidido darle aquella sorpresa. ¡Las Vegas! Un lugar del que habían hablado mucho durante su adolescencia y al que habían prometido ir juntos alguna vez. La ocasión se presentó y allí estaban.

—Hombre, ¿has visto a la chica esa? Por favor, ¡qué curvas! —soltó Hoseok. Sin perder un segundo, todos miraron en dirección a una muchacha impresionante. Era una rubia escultural que iba vestida de Cleopatra. Esta, al pasar junto a ellos, les guiñó un ojo y se marchó con dos tipos que la esperaban vestidos de romanos.

El futuro marido y Jimin, los más sensatos, al ver a aquella mujer alejarse sonrieron, mientras los otros dos silbaban como descosidos.

—Recuerda lo que hablamos —murmuró Kook a Jimin—. No me dejes hacer ninguna tontería que como se entere mi churri cuando llegue a Japon ¡me mata!

Jimin sonrió al oír aquel comentario y fue a contestar a su mejor amigo, cuando Jay, que también lo había escuchado, dijo colgándose de su cuello:

—Aprovecha tus últimos días de solteroooooooo y no me seas aburrido. Que estamos en LAS VEGASSSSSSSSS. Nos rodean nenas preciosas y sexys chicos, hemos prometido que lo que pase aquí, aquí se quedará.

Jay era el típico amigo divertido pero problemático. En un principio pensaron viajar sin él, pero su amistad desde niños y el cariño que le tenían, al final consiguió que no le dejaran de lado. Sin embargo, todos sabían que había que andarse con cuidado. A Jay le gustaba demasiado la juerga, la bebida y las drogas y era un especialista en liarla en cualquier momento.

— ¡Joder! —gritó Jay—. ¿Habéis visto qué culo tiene ese muñequito?

Jimin sonrió. Sus amigos eran un caso aparte, pero les quería. Nada tenían que ver con el, ni con su manera de ser, pero para él eran los mejores del mundo, aunque también fueran los más escandalosos del universo. Por ello, y consciente de que los cinco días que iban a estar allí iban a ser gloriosos, cogió su bolsa de deporte y dijo antes de que alguno comenzara a gritar burradas:

—Venga, vamos a buscar la llave de nuestra habitación para dejar el equipaje.

Jay cogiendo su mochila le siguió e indicó:

—Jimin. Tu amiguita de la agencia de viajes nos ha buscado un hotelazo tremendo. Recuérdame que le lleve un souvenir de agradecimiento.

—Jia es muy linda — asintió Jimin divertido.

—Y está muy buena —apostilló Jay—. ¿Sales con ella?

—¡Ja! Ya quisiera ella —se mofó Kook que conocía a fondo de la vida de .su amigo.

—¿No estás liado con el monumento de la agencia? ¡Pero si esta bien buena! —exclamó Jay sacando una botellita de whisky que había comprado al taxista.

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2022 ⏰

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