Capítulo Primero

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He pensado de forma infinita donde ponerte, en un cajón quizás, junto al resto de cosas que busco ignorar en mi habitación o podría ser en esa libreta que uso en terapia la cual me ha escuchado una infinidad de veces llorarle y hablar de ti, pero extrañamente escribirte pocas veces. La temporada en la que menos escribí fue esa en la que me sentí a salvo contigo, pero hoy entiendo que nunca fue así y que quizás el único lugar donde no te puedo dejar es dentro de mí. 

Tengo en el teléfono el mensaje que haz enviado hace apenas unos minutos y honestamente no se que contestar, te hable por una banalidad, han sido el tipo de conversaciones que hemos estado teniendo. Honestamente no quiero contestar pero tampoco quiero ignorarlo, ¿existe algo correcto que pueda enviar en un texto para devolverte el amor por mí?

Resulta demasiado trágico comenzar una historia de esta manera, parece que ha terminado aun antes de empezar, la realidad es que he sentido que ambos hemos terminado esta serie un millón de veces y me asusta saber que no tenemos límites, que no se a donde vamos ni en que punto estamos, solo se que estamos. 

Hoy puede decirte que no se si nadie te amará como yo te amo, pero que se que yo te amo como no he amado a nadie. 

Desearía que nadie se sintiera identificado con alguna parte de esta historia, de nuestra historia, porque se cuanto ha dolido, cuanto se le ha apostado y aun no puedo ver los números finales, se que estamos cayendo y que duele mucho más de lo que acepto, espero que nadie se sienta identificado porque esta muy jodida. 

Antes de continuar debo advertir a mi lector, así sea yo misma de forma infinita queriendo encontrarte de nuevo, que esta es la historia más real que tengo, posiblemente sea el cliché, pero es el cliché que le ha ocurrido a alguien y que deseo jamás me ocurra de nuevo, ni a mí, ni a nadie. 




Hasta que el otoño nos marchiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora